Llevar una mala alimentación tiene serios efectos y consecuencias sobre la salud, entre ellos, la aparición de enfermedades como la obesidad o la diabetes, cuya prevalencia se ha disparado en todo el mundo durante los últimos años.

Con motivo de que este domingo 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, en este artículo vamos a ver cuáles son los riesgos de alimentarse de manera inadecuada, así como los síntomas y los motivos que llevan a comer mal. Recuerda que si quieres contribuir a promover unos hábitos saludables y profundizar en el estudio de las dietas, en Instituto DYN puedes acceder a varios másters, postgrados y cursos de nutrición online.

¿Qué significa tener una mala alimentación?

De acuerdo a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mala alimentación o malnutrición “se refiere a las carencias, los excesos y los desequilibrios de la ingesta calórica de nutrientes de una persona”.

En otras palabras, una alimentación inadecuada es aquella que supone algún desequilibrio en nuestra salud. Esto incluye las dietas cargadas de grasas y azúcares refinados y que, a su vez, no aportan los nutrientes esenciales que promueven el buen funcionamiento del organismo.

Por otra parte, hay que diferenciar la malnutrición de la desnutrición, ya que esta última puede incluir:

  • Emaciación (delgadez y debilidad extrema y patológica, que puede ser letal).
  • El retraso del crecimiento.
  • La insuficiencia ponderal (bajo peso por la edad).
  • Las carencias de vitaminas y minerales.

Síntomas de malnutrición

Los síntomas más comunes que pueden indicar una mala alimentación son:

  • Pérdida de peso significativa.
  • Reducción de la masa muscular.
  • Pelo y uñas débiles y quebradizas.
  • Diarrea crónica.

¿Por qué se da la mala alimentación?

Entre las causas de una mala alimentación podemos citar las siguientes:

  • Falta de educación nutricional.
  • Hábitos y costumbres adquiridas.
  • Limitaciones en cuanto al acceso a determinados alimentos.
  • Alcoholismo y tabaquismo que, más allá de ser nocivos para la salud, contribuyen a reducir el hambre y a la malabsorción de los nutrientes esenciales.
  • Trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
  • Problemas en la absorción de nutrientes y/o en la capacidad de digerir los mismos.
  • Estrés y otros problemas de salud mental.

Efectos y consecuencias de una mala alimentación

La malnutrición tiene varios efectos negativos sobre la salud y la calidad de vida de las personas. El envejecimiento precoz, las alteraciones digestivas y el desequilibrio de la microbiota son algunas de las consecuencias más frecuentes de tener una mala alimentación.

Asimismo, la ingesta de productos con un alto contenido en grasas saturadas, azúcares refinados y calorías vacías también incrementan la probabilidad de desarrollar enfermedades como la diabetes o la obesidad, como veremos más adelante.

Seguidamente, exponemos cuáles son las principales consecuencias de seguir una alimentación inadecuada. De todos modos, si quieres profundizar más sobre esta cuestión te animamos a estudiar nutrición y dietética para adquirir conocimientos específicos en este área.

Envejecimiento prematuro

Igual que una alimentación rica en antioxidantes es la mejor aliada para conservar la “eterna juventud”, llevar una dieta pobre en nutrientes y basada en ingredientes de mala calidad incrementa el desarrollo de los radicales libres y acelera el envejecimiento de forma prematura.

Desarrollo de enfermedades como la obesidad o la diabetes

Las dietas inadecuadas también incrementan la prevalencia de sufrir obesidad y sobrepeso. Asimismo, los malos hábitos alimenticios elevan el colesterol LDL y pueden contribuir a la aparición de la diabetes tipo 2 y la hipertensión.

Alteraciones en la microbiota y el sistema digestivo

El consumo excesivo de comida ultraprocesada, rica en azúcares y aceites vegetales, favorece el incremento de bacterias proinflamatorias en el intestino. Esto se traduce al desarrollo de síntomas digestivos como reflujo, gases, estreñimiento y/o diarrea, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino, acidez, disbiosis intestinal, etc.

Fatiga y falta de energía

La comida es nuestro combustible para funcionar y, si lo que utilizamos como alimento no cumple esa función, el resultado es un aumento de la fatiga de manera crónica.

No obstante, no siempre se trata de una carencia de nutrientes, sino también de un posible exceso. Por ejemplo, un consumo elevado de carbohidratos favorece el cansancio y la falta de energía durante el día.

¿Qué enfermedades se asocian a una mala alimentación?

Aunque ya nos hemos aproximado a esta cuestión, puesto que el desarrollo de ciertas patologías es una consecuencia directa de llevar unos malos hábitos alimenticios, a continuación vemos cuáles son las principales enfermedades asociadas a una dieta inadecuada: 

Diabetes

En nuestro país, seis millones de personas padecen diabetes. Una incidencia que podría disminuirse si los patrones de alimentación fueran más favorables. Así lo confirman desde la Asociación Americana de la Diabetes (AAD): una buena alimentación, rica en productos naturales (vegetales, frutas, legumbres, grasas saludables y semillas, cereales integrales…), es una de las mejores formas de prevención de la diabetes.

Además, según apunta la Federación Española de Diabetes (FEDE), llevar un estilo de vida saludable podría reducir en un 76% la mortalidad cardiovascular en diabéticos/as. 

Osteoporosis

Las dietas altas en carnes procesadas, azúcares añadidos y grasas de mala calidad, unido a la falta de consumo de productos ricos en calcio, contribuyen a desencadenar la osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la disminución de la masa ósea.

Sobrepeso y obesidad

Según la Encuesta Europea de Salud en España del 2020, el porcentaje de obesidad en España supera el 15% en hombres y mujeres de 18 y más años. Mientras que, en los grupos de edad comprendidos de 35 a 74 años, entre el 30 y casi el 45% de personas padecen sobrepeso.

Si bien es cierto que las causas de la obesidad y el sobrepeso pueden ser dispares, hay consenso en que la mala alimentación es uno de los principales factores de riesgo, tal y como aseguran organismos oficiales como la OMS.

La tasa de obesidad está aumentando a nivel mundial y, uno de los aspectos más preocupantes es la elevada prevalencia de obesidad infantil actual. En España, cuatro de cada 10 niños y niñas de 3 a 10 años están por encima de su peso saludable. Si quieres conocer cómo debe ser la alimentación de los niños no te pierdas nuestro artículo.

Cáncer

Tal y como confirman los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el sobrepeso y la obesidad están también asociados a diferentes tipos de cáncer, como el cáncer de mama o el cáncer colorrectal. Además, según la OMS, cerca del 30% de casos de cáncer se relacionan con la mala alimentación. 

Anemia

La ingesta de alimentos ricos en hierro y en vitamina B12 son claves para prevenir la anemia, el trastorno que indica un escaso contenido de hemoglobina que transporta el oxígeno de los pulmones a todos los órganos del cuerpo. Por tanto, las dietas bajas en dichos minerales y vitaminas pueden suponer el desarrollo de diferentes tipos de anemia.

Otras enfermedades cardiovasculares

Problemas como la hipertensión y el colesterol alto en sangre (derivados de la malnutrición) incrementan también la probabilidad de padecer  enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares, tal y como confirman desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).