¿Qué son los productos naturales? ¿Dónde está la frontera entre lo natural y lo sintético y cómo diferenciarlos? Y, ¿qué es un producto ecológico? En el post de hoy te damos las respuestas a estas preguntas desde el punto de vista del cuidado de la salud. Además, también aclararemos las dudas que pueden surgir entorno a la clasificación de productos naturales, ecológicos, biológicos o “bio”, de comercio justo, etc.

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Productos naturales y productos sintéticos

Para empezar, vamos a distinguir entre los productos naturales y los sintéticos:

  • Un producto natural es el derivado de una planta, animal o mineral. Es decir, aquel que no hemos sometido a cambios sintéticos.
  • Un producto sintético es el que ha sido formulado o manipulado por el ser humano a partir de la sustancia original (que sí es natural) que provenía de una planta, un mineral o de un animal.

Para que lo veas más claro, ten en cuenta los siguientes ejemplos:

  • La sal, incluso la que compramos envasada, es un producto natural, no es manipulado antes de ser envasado, solo se retiran las impurezas.
  • Los kiwis de Nueva Zelanda, incluso aunque provengan desde muy lejos, son productos naturales, mientras que no hayan sido manipulados genéticamente.
  • El vino también es un producto natural igual que el mosto, porque la fermentación del vino se por sí sola.
  • Unas galletas en teoría NO son naturales, ya que la naturaleza no “fabrica” este tipo de alimento.

Diferencia entre productos ecológicos (eco), biológicos (bio) y orgánicos (org)

Los productos ecológicos son aquellos que están compuestos de elementos que provienen de la naturaleza, no modificados genéticamente ni tratados con químicos en el proceso de elaboración. Por tanto, los productos naturales pueden ser eco siempre y cuando no hayan sido manipulados ni fabricados con químicos y obtengan la certificación ecológica correspondiente.

En cuanto a los productos ecológicos y biológicos, no encontramos distinciones significativas, pero sí una clara diferenciación en relación a los orgánicos:

  • Un producto ecológico o biológico, como hemos visto, es un producto natural que no ha sido modificado genéticamente ni elaborado con químicos.
  • Un producto orgánico es el que está libre de transgénicos y plaguicidas u otros añadidos químicos o artificiales empleados en su manipulación. No obstante, hay que aclarar que, a pesar de que no contengan químicos, pueden haber sido manipulados genéticamente. Las frutas de un dulce o las uvas de un vino son algunos ejemplos.

El certificado de producto ecológico

A partir de ahora hablaremos de “ecológico” refiriéndonos también a “biológico”, ya que como hemos explicado, responden a lo mismo.

Los criterios tenidos en cuenta para conseguir el certificado de “producto ecológico” son:

  • Como mínimo el 95% de los ingredientes del alimento son de producción ecológica.
  • La tierra, el agua utilizada para regar, el sistema de control de plagas, el abono y la recolección deben ser naturales y de calidad.
  • Los frutos deben madurar a su ritmo.
  • No se pueden quemar los rastrojos, por protección del suelo.
  • Evitar la sobreexplotación.
  • No se deben utilizar fertilizantes, herbicidas, plaguicidas ni antibióticos.
  • No se ha de agregar organismos que modifiquen genéticamente.
  • Tampoco deben de contener aditivos, colorantes, o conservantes artificiales.
  • Está prohibida la radiación ionizante para tratar alimentos o materias primas utilizadas en alimentos.
  • El producto final ha de estar libre de residuos químicos, metales pesados y radiaciones.

Logotipo de certificado ecológico

En 2010 se eligió un logotipo que unifica todos los productos ecológicos de la Unión Europea: la eurohoja, el anagrama blanco sobre fondo verde. Es el que aparece en las etiquetas desde entonces, a veces junto un certificado del país o de la región.

En España siguen existiendo los sellos oficiales que emite cada Comunidad Autónoma, y en otros países europeos encontramos el Ecocert (internacional), Icea (Italia), Okö y Bio (Alemania), Soil Association (Gran Bretaña), etc.

En el ámbito de la cosmética encontramos sellos con otras distinciones: BDIH, Cosmebio, Ecocert, Icea y Soil, entre otros.

¿Por qué son mejores los productos ecológicos?

Los alimentos ecológicos son más sanos. Muchos estudios demuestran que estos productos contienen hasta un 30% menos de agua (lo cual justifica también el precio más elevado) y ese volumen lo ocupan los nutrientes que, además, son de mayor calidad. Asimismo, contienen más minerales, vitaminas, bantioxidantes, ácidos grasos poliinsaturados, proteínas y oligoelementos. Y esto es algo que podemos comprobarlo nosotros mismos comparando los valores nutricionales de las etiquetas de los productos. Además, por lo que hemos explicado antes sabemos que no tienen elementos tóxicos y nitratos.

En el caso de los cosméticos ocurre lo mismo, al contener menos agua y aditivos, sus propiedades están más concentradas y son más efectivos.

Por otro lado, un producto ecológico también es más sabroso. Esto depende de los gustos personales de cada uno, pero en general también se puede verificar. E incluso, podemos hacer también la prueba con nuestra mascota. Curiosamente, los animales suelen preferir los alimentos ecológicos.

Para los cosméticos equivaldría a decir que la textura y olor son más agradables, dejando una sensación “natural” en la piel y, además, normalmente no suelen provocar reacciones alérgicas.

¿Cómo conseguir alimentos ecológicos?

En el supermercado puedes encontrar muchos productos naturales con el sello de la eurohoja que certifica que son ecológicos. O, también, podemos cultivar nosotros mismos los productos o fabricar nuestra propia cosmética.

Sin embargo, si buscas un producto específico, hoy en día en Internet encontrarás muchas empresas que los comercializan o listados de tiendas físicas donde comprarlos. Siempre ten presente que, para asegurarte de que cumplen toda la normativa, los productos han de tener el sello de la Eurohoja o el equivalente en otros países, que te detallamos a continuación

Certificados ecológicos del mundo

En Europa podemos distinguir los productos ecológicos gracias a la Eurohoja. En otras regiones tenemos:

  • Australia: Australian Certified Organic y NASAA
  • Canadá: Canada Organic Biologique Canada
  • Estados Unidos: USDA Organic
  • Japón: JAS

En definitiva, los productos naturales y ecológicos se asemejan pero no tienen porqué ser lo mismo. Y es que un producto natural puede no cumplir con los requisitos de obtención de la certificación ecológica; sus ingredientes no son totalmente ecológicos o su proceso de elaboración no cumple con los parámetros de respeto al medio ambiente. 

Ejemplos de alimentos orgánicos y ecológicos

Además de tener en cuenta estas consideraciones, para que te hagas una idea más clara de los productos naturales, te damos algunos ejemplos por grupos. ¡Toma nota!

Cereales

Siempre que sean integrales, ecológicos y que no hayan sido modificados genéticamente, serán naturales y, por tanto, saludables. Los encontramos en el sarraceno, la espelta, el mijo, el maíz, la cebada, la avena o el centeno.

Verduras

Espárragos, col vede y roja, brócoli, coles de Bruselas, cebollas, apio, ajo… son infinitos los vegetales orgánicos. Otros ejemplos de lo más nutritivos y sanos: tomates, calabacín, espinacas, hojas de diente de león, pepinos, nabos…

Frutas

El limón, la lima, las cerezas, el albaricoque, el melón, las frambuesas, los arándanos, el kiwi… Son algunas de las frutas más saludables y con menos cantidad de fructosa. Mientras que, la nectarina, plátano, sandía, pera, naranja, mandarina, uvas o el melocotón, deben consumirse de forma moderada por su niveles de azúcares. Lo mismo sucede con las frutas tropicales como el mango o la papaya.

Legumbres

Las alubias, guisantes, garbanzos y lentejas son las legumbres orgánicas más aconsejadas y, si las mezclas con arroz, son mucho más digestivas.

Grasas y semillas

Las grasas orgánicas que no deben faltar en tu dieta son las del aceite de oliva, de coco y de aguacate. También son esenciales las grasas de los frutos secos como las nueces o las almendras. Y tampoco olvides incluir en tu dieta aquellas que se derivan del kefir, manteca de cacao y de algunos pescados.

Por otro lado, las semillas son un producto natural por excelencia. Semillas de calabaza, de lino, de chía… ¡sus beneficios son múltiples para tu salud!