El yoga terapéutico ha ganado reconocimiento como una práctica integral que conecta cuerpo, mente y espíritu con fines curativos. A través de posturas específicas, respiración consciente y atención plena, esta disciplina no solo busca la flexibilidad o el bienestar físico, sino que también actúa como un valioso recurso para la gestión del estrés, el trauma y diversas enfermedades. Por ello, te contamos cuáles son las mejores posturas de yoga terapéutico y qué beneficios aportan al organismo. ¡No te lo pierdas!
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Índice de contenidos
¿Qué es el yoga terapéutico?
El yoga terapéutico es una rama del yoga que adapta la práctica tradicional a las necesidades específicas de salud de cada persona. Se fundamenta en los principios del Hatha Yoga, pero con un enfoque más individualizado y médico, buscando aliviar dolencias físicas, emocionales o mentales. A menudo se aplica como complemento en procesos de rehabilitación, fisioterapia o tratamientos psicológicos.
A diferencia del yoga convencional, el terapéutico se apoya en la observación postural, la biomecánica y la respiración dirigida. Los ejercicios se adaptan a las limitaciones de cada individuo y pueden combinarse con herramientas como cojines, bloques o cintas para facilitar el movimiento y evitar lesiones.
Muchas veces, el yoga terapéutico se trabaja conjuntamente y en colaboración con profesionales de la salud, como fisioterapeutas, psicólogos o médicos, lo que lo convierte en una intervención multidisciplinar. Su objetivo principal es promover la autoconciencia, aliviar el dolor, mejorar la movilidad y facilitar el equilibrio emocional.
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¿Qué yoga es mejor para curar el trauma?
El trauma emocional y psicológico deja huellas profundas en el cuerpo y en la mente. El yoga se ha revelado como una herramienta eficaz para la regulación del sistema nervioso, y algunas de sus formas se utilizan hoy en día como complemento en terapias de trauma, especialmente en víctimas de abuso, trastornos de estrés postraumático o ansiedad crónica.
Estos son los 3 tipos de yoga más recomendados para trabajar el trauma:
- Yoga restaurativo. Se basa en posturas pasivas sostenidas durante varios minutos, con el cuerpo completamente apoyado. Esto permite un estado profundo de relajación y seguridad, clave para personas con estrés acumulado.
- Yin Yoga. Trabaja las fascias y tejidos profundos manteniendo posturas por períodos prolongados. Se practica en silencio, lo que facilita la introspección y la regulación emocional.
- Yoga somático o centrado en el trauma. Esta corriente combina técnicas del yoga con elementos de la psicoterapia corporal. Se enfoca en la consciencia del cuerpo y en restaurar la conexión mente-cuerpo que suele perderse tras una experiencia traumática.
De hecho, uno de los conceptos clave en el tratamiento del trauma con yoga es la interocepción: la capacidad de sentir el cuerpo desde dentro. Esto permite a la persona recuperar el control sobre sus respuestas físicas y emocionales, aprender a identificar los desencadenantes del estrés y regularlos de forma natural mediante la respiración y el movimiento consciente.
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¿Qué enfermedades se pueden tratar con la terapia del yoga?
Aunque el yoga terapéutico no sustituye tratamientos médicos, puede ser un complemento muy eficaz en múltiples patologías físicas y mentales. Su impacto positivo se ha observado en enfermedades crónicas, autoinmunes y psicológicas, mejorando no solo los síntomas, sino también la calidad de vida de los pacientes.
Veamos algunas enfermedades que se pueden tratar con la terapia del yoga:
- Dolor crónico y lesiones musculoesqueléticas. Como hernias discales, ciática, fibromialgia o escoliosis. Las posturas adaptadas mejoran la postura, la alineación y reducen el dolor.
- Trastornos cardiovasculares. La práctica regular disminuye la presión arterial, mejora la circulación y reduce el riesgo de enfermedades coronarias.
- Diabetes tipo 2. El yoga ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y a controlar el estrés, un factor que influye en el metabolismo.
- Asma y enfermedades respiratorias. Los pranayamas o ejercicios de respiración mejoran la capacidad pulmonar y enseñan a controlar las crisis respiratorias.
- Enfermedades mentales. Como depresión, ansiedad, insomnio o trastorno obsesivo-compulsivo. El yoga favorece la regulación del sistema nervioso autónomo, la producción de serotonina y la relajación mental.
- Cáncer y tratamientos oncológicos. Ayuda a aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia, como la fatiga o el insomnio, y contribuye al bienestar emocional del paciente.
Además, el yoga terapéutico también se ha utilizado en el tratamiento del estrés postraumático, trastornos alimentarios, fatiga crónica, infertilidad, artrosis y problemas digestivos como el colon irritable. La clave está en adaptar la práctica al estado físico, emocional y energético del paciente, estableciendo un plan personalizado y progresivo.
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¿Cuáles son las mejores posturas de yoga terapéutico?
Existen muchas posturas en yoga terapéutico que se adaptan según el objetivo terapéutico. Veamos cuáles son las más comunes y recomendadas por sus beneficios físicos y emocionales.
Balasana o postura del niño
Al permitir que el cuerpo se pliegue sobre sí mismo, genera una sensación de recogimiento y seguridad ideal para calmar el sistema nervioso, aliviar la tensión lumbar y descansar entre posturas más activas. Entre los beneficios de la postura del niño destacan su capacidad para relajar la espalda y el cuello, reducir la ansiedad y la fatiga, y favorecer la introspección emocional.
Supta Baddha Konasana o postura del ángulo reclinado
Se realiza acostado boca arriba, con las plantas de los pies juntas y las rodillas abiertas hacia los lados. Se puede apoyar con cojines para más comodidad, y es excelente para abrir la pelvis y relajar la zona abdominal.
Entre los beneficios del Supta Baddha Konasana destacan:
- Libera tensión en la cadera y zona pélvica.
- Ayuda a equilibrar el sistema hormonal.
- Induce una profunda relajación.
Viparita Karani o piernas en la pared
Es una postura muy accesible para todos los niveles que consiste en elevar las piernas contra una pared, con la espalda apoyada en el suelo. Se trata de una postura perfecta para aquellos que sufren hinchazón en las piernas, cansando o ansiedad, puesto que entre sus beneficios destacan la capacidad de mejorar la circulación y el retorno venoso, calmar la mente y el sistema nervioso y aliviar el dolor lumbar y la fatiga.
El yoga terapéutico puede aportar múltiples beneficios y permite recuperar el equilibrio.
Setu Bandhasana o puente apoyado
Con el uso de un bloque o cojín debajo del sacro, esta postura permite una ligera extensión lumbar sin esfuerzo muscular, ideal para aliviar la tensión en la espalda y abrir el pecho. Esta postura estimula la tiroides y el sistema digestivo y permite liberar el diafragma y mejorar la respiración. Además, contrarresta la postura encorvada por estrés.
Adho Mukha Svanasana o perro boca abajo
Aunque requiere más activación muscular, es una postura que fortalece y estira al mismo tiempo. En el contexto terapéutico, se puede modificar para reducir la carga sobre las muñecas o la espalda. Además, fortalece brazos y piernas, estira la columna, alivia la rigidez, mejora la oxigenación cerebral y reduce el estrés.
Savasana o postura del cadáver
Mucha gente no lo sabe, pero es la postura más importante de todas. Savasana cierra la práctica y permite la integración física y emocional de los beneficios del yoga. Se realiza tumbado boca arriba, con el cuerpo completamente relajado.
Pero, ¿qué beneficios tiene el Savasana para que sea tan importante?
- Profunda relajación del sistema nervioso.
- Mejora de la calidad del sueño.
- Reduce los niveles de cortisol y tensión generalizada.
Como ves, las posturas de yoga terapéutico no son solo un conjunto de ejercicios físicos, sino una herramienta de sanación profunda que actúa desde la escucha del cuerpo, la consciencia respiratoria y la presencia plena. Formarte en yoga terapéutico con el Instituto DYN te permitirá adquirir las herramientas necesarias para acompañar a otros en su proceso de recuperación y equilibrio físico-emocional.
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