Cuando la piel pierde firmeza se produce lo que conocemos como flacidez facial. Junto a las arrugas, la falta de definición del óvalo facial y el descolgamiento de la zona son algunos de los signos más visibles del envejecimiento en el rostro.

A continuación, conocemos las causas de la flacidez en la cara y vemos cuáles son los tratamientos más efectivos para lucir una piel firme, definida y con luminosidad. Si te interesa adquirir un conocimiento más profesional sobre ello, en Instituto DYN puedes estudiar dermatología y cosmética. A través de esta formación conocerás las últimas tendencias y tratamientos en medicina estética y belleza.

¿Qué es la flacidez facial?

La flacidez facial es la pérdida de firmeza de la piel de la cara, especialmente en la zona del arco de la mandíbula, los surcos nasogenianos, la papada, las bolsas de los ojos y los párpados.

Con el transcurso del tiempo, es natural que la piel vaya perdiendo elasticidad, volumen y luminosidad. Por lo que es común que se produzcan descolgamientos y falta de definición, especialmente a partir de los 40 y 45 años, cuando los tejidos comienzan a ser menos firmes.

¿Por qué se produce la pérdida de firmeza en el rostro?

El paso de los años es la principal causa de la flacidez facial. Y es que a medida que envejecemos la piel va perdiendo más colágeno y grasa, y deja de renovarse con tanta frecuencia. No obstante, hay otras causas que pueden acelerar la aparición de la flacidez en la cara, como son las siguientes:

Exposición solar

La exposición al sol sin protección favorece la aparición de descolgamientos y de arrugas. Proteger la piel con crema solar es fundamental para evitar los daños de los rayos UVA y mantener unos buenos niveles de colágeno en la piel.

Tabaquismo

Fumar genera una mala oxigenación pulmonar cuyos efectos originan una rápida oxidación de las células. Asimismo, la deshidratación es más evidente y, al mismo tiempo, disminuyen el colágeno y la elastina, dos componentes esenciales para proveer a la piel de firmeza y elasticidad.

Predisposición genética e ingesta de fármacos

La carga genética también influye en el tipo de piel y la capacidad de esta para renovarse y retrasar el envejecimiento. Por otra parte, el consumo de determinados fármacos también puede afectar al cuidado y apariencia de la piel.

Mala alimentación y sedentarismo

El estilo de vida, la mala alimentación y el sedentarismo también se reflejan en la piel. Se ha demostrado que una dieta baja en proteína y grasas saludables, basada en el consumo de azúcares y aceites refinados, contribuye a la pérdida de firmeza de la dermis y a la calidad de la misma. Asimismo, otros hábitos como bajar de peso de forma rápida y continuada o no realizar actividad física afectan a la salud cutánea.

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Tratamientos para combatir la flacidez facial

Para combatir la flacidez facial es importante evitar las causas que hemos visto que aceleran su aparición. Eliminar el tabaquismo, evitar la exposición al sol sin protección, llevar una alimentación nutritiva y saludable, mantenerse activo, alejar el estrés… Como ves, hablamos de hábitos que podemos cambiar y que, de hacerlo, contribuiremos a cuidar y proteger la piel durante más tiempo.

A nivel estético, es importante seguir una buena rutina de higiene facial y utilizar cremas reafirmantes y productos antiaging, cuyos principios activos contribuyen a mantener la piel firme y con elasticidad.

Por otra parte, gracias a los avances de la tecnología y la innovación en las técnicas de cuidado facial y corporal, existen varios tratamientos estéticos efectivos para tratar la flacidez de la piel del rostro.

Radiofrecuencia

La radiofrecuencia estimula la producción del colágeno que necesita la piel para lucir un aspecto más joven y estar más sana, firme y nutrida.

El tratamiento consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas que penetran en las capas de la piel y los tejidos subcutáneos, proporcionando calor para estimular la creación del colágeno. ¿El resultado? Se logra un cutis mejor cuidado, luminoso y mucho más terso.

Hilos tensores

El tratamiento de hilos tensores es otra alternativa para reducir la falta de firmeza de la piel en la zona facial logrando un resultado muy natural. Su aplicación consiste en implementar varios micro hilos en forma de red que soportan los tejidos y proporciona una piel más reafirmada, además de estimular la producción de colágeno.

Esta técnica se recomienda especialmente cuando la flacidez cutánea es leve o moderada, ya que en los casos más avanzados puede desencadenar la aparición de arrugas.

Lifting facial

En este caso, el lifting facial implica una intervención quirúrgica, pero esta es mínimamente invasiva, ambulatoria y con anestesia local. Además, se logra un rejuvenecimiento facial prácticamente integral y con un acabado natural.

Esta técnica permite, por ejemplo, devolver la tensión a los surcos nagogenianos, definir y aportar volumen a los pómulos, marcar el arco mandibular o eliminar la papada, entre otras intervenciones.

Relleno con ácido hialurónico

Otro de los tratamientos más efectivos para reducir la flacidez facial es el relleno con ácido hialurónico. Con esta técnica se consigue aportar volumen a las zonas más flácidas y dotar a la dermis de mayor cuerpo y elasticidad gracias a la producción de colágeno que se genera. Este tipo de tratamiento también es muy útil para reducir las arrugas y las líneas de expresión.

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