La reflexoterapia es una método muy recurrente en la actualidad para favorecer la relajación y reducir el estrés. Se trata de una terapia alternativa que estimula puntos específicos del cuerpo para restablecer el equilibrio y maximizar el bienestar. Te explicamos en qué consiste y cuáles son los beneficios que puede aportarte, a continuación. Y, si quieres convertirte en un profesional de la técnica, puedes capacitarte con el Máster en Reflexología y formarte en la aplicación de estos masajes.

¿Qué es la reflexoterapia y para qué sirve?

Este tipo de terapia zonal consiste en ejercer presión en puntos reflejos para estimular la relajación y devolver el equilibrio físico y psíquico. El objetivo es conseguir un efecto relajante y aliviar la tensión, así como las molestias que puedan afectar a nuestro organismo.

Dicha presión se aplica en zonas con terminaciones nerviosas, como las manos y los pies. Al manipular estas partes del cuerpo se produce una conexión con el sistema nervioso periférico hasta el sistema nervioso central, llegando al cerebro, donde se traslada ese efecto relajante y alivio del dolor.

Es importante tener en cuenta que esta terapia alternativa, como su propio nombre indica, es una opción que ayuda a mejorar un tratamiento médico. Es decir, en ningún caso, lo sustituye. Más bien sería un complemento a añadir para favorecer el bienestar y la salud en los pacientes.

¿Qué son los puntos reflejos?

Hemos dicho que el masaje terapéutico se concentra en estimular puntos reflejos para relajar la tensión y normalizar las funciones alternadas. Pero, ¿de qué hablamos exactamente? Bien, nos referimos a puntos específicos que están conectados con varios órganos del cuerpo. Estos, al mismo tiempo, llevan información al cerebro, y a través de este proceso se logra un bienestar global.

Por ejemplo, si estimulamos los puntos de las manos, incidimos en la tiroides, la lumbar, el riñón o la zona cardíaca, además de otras áreas.

¿Cuáles son los beneficios de la reflexoterapia?

Varios estudios científicos avalan los beneficios de la reflexoterapia para mejorar la salud. A nivel general, es una de las terapias alternativas que mejores resultados aporta en cuanto a la reducción de la tensión. Se trata de un tipo de medicina complementaria que contribuye a restablecer el equilibrio físico y mental por todas las ventajas que aporta.

Promueve la relajación y reduce el estrés

El principal aporte de la reflexoterapia es que adentra al cuerpo en un estado de relajación. Por lo tanto, se reduce  el estrés y la tensión, tanto a nivel físico como psicológico. De ahí que esta terapéutica contribuya a mejorar la gestión emocional. Y es que, recordemos que se trata de una técnica que actúa directamente en el sistema nervioso para fomentar la calma y el relax. De hecho, también puede ser un método aliado para combatir el insomnio y conciliar mejor el sueño.

Alivia los problemas gastrointestinales

Los masajes terapéuticos de manos y pies pueden favorecer la función intestinal. Se ha demostrado que, por ejemplo, ayudan a mejorar el estreñimiento y a evitar la diarrea, entre otras afecciones digestivas.

Estimula el sistema circulatorio y linfático

Al ejercer presión en las zonas reflejos también se consigue estimular la circulación sanguínea y el sistema linfático. Esto a la vez trae otros beneficios, ya que disminuye la retención de líquidos y el dolor de pies y, asimismo, se da una mayor eliminación de las toxinas del organismo.

Activa la energía el organismo

Esta terapia es muy efectiva para restablecer el equilibrio en todos los sentidos y, por ello, se consigue liberar la tensión e incrementar una actitud vital y energética en el día a día.

Ayuda a controlar los desequilibrios hormonales

La terapia zonal también se emplea para controlar los desequilibrios hormonales. En este sentido, es una opción eficaz para aquellas pacientes con problemas menstruales o menopausia, por ejemplo.

Tipos de terapia zonal

Existen diferentes tipos de reflexoterapias para mitigar distintos dolores y afecciones, mejorar la circulación sanguínea y fomentar un estado de relajación. Entre las más conocidas, destacan los masajes terapéuticos de pies y de manos, aunque también existe la reflexología en la zona de la cabeza, como vemos a continuación.

Reflexoterapia podal

La reflexología podal es una de las más comunes, ya que los pies están sometidos a cansancio y tensión diariamente al sostener todo el peso corporal. Manipular las zonas reflejas de esta área permite crear una conexión con el oído, el cuello, el hígado, la vesícula, el sacro y otras zonas del cuerpo.

Mediante el masaje terapéutico de pies se produce una activación de la energía que, simultáneamente, sirve para desbloquear y desentumecer los pies, estimulando la circulación sanguínea y linfática. Además, ¿sabías que los puntos reflejos de los pies son distintos según si se estimula el pie derecho o el izquierdo?

De manos

La reflexoterapia de manos consiste en masajear las zonas reflejas de las manos que están relacionadas con otras partes del cuerpo, como hemos comentado anteriormente.

Además, como sucede en los pies, no conseguimos el mismo efecto estimulando ambas manos. Así, por ejemplo, se puede influir en la zona del corazón manipulando puntos específicos de la mano izquierda, pero no lograríamos el mismo efecto con la derecha.

Facial y auricular

Si bien es cierto que los masajes terapéuticos de manos y pies son los más conocidos, también existe los que se aplican en la zona de la cabeza, como puede ser la reflexología facial y la reflexología auricular. En estos casos, se estimulan los puntos de la cara y de los oídos para influir positivamente en órganos como el intestino delgado, la vejiga, los riñones o el estómago, por ejemplo.

Cómo es una sesión de reflexoterapia

Una sesión de reflexoterapia suele durar de una hora a una hora y media. En la mayoría de casos, los especialistas optan por la técnica manual en seco, pero algunos prefieren utilizar aceites y geles para realizar las maniobras de presión, estiramientos y otras movilizaciones y toques propios del masaje terapéutico en pies y manos, entre otras partes del cuerpo.

Los resultados tras la sesión se pueden notar de forma inmediata, aunque los expertos recomiendan hacer una media de tres sesiones para asegurar la eficacia del tratamiento. No obstante, todo depende de cada persona y de sus necesidades. Por ello, es esencial acudir a un especialista en reflexología, que conozca con exactitud las áreas y puntos concretos que debe estimular para conseguir el efecto deseado en el paciente.