¿Sabías que a través de un masaje en los pies se consigue estimular otros puntos del organismo para devolverle el equilibrio? De esto se ocupa la reflexología podal. Seguro que te resulta familiar ese dolor que se siente en los pies después de caminar muchas horas o estar muy cansados. Se trata de una molestia que afecta a otras partes del cuerpo y, es en estos casos, cuando se emplea la reflexoterapia o terapia zonal como terapia alternativa.

¿Te gustaría trabajar en el ámbito de las terapias alternativas? El Curso Acupuntura, por ejemplo, puede interesarte. Esta es otra técnica que también estimula determinadas zonas con el objetivo de promover la curación natural. Asimismo, otros métodos alternativos a la medicina convencional son la osteopatía, la quiropráctica o el Reiki, entre muchos otros.

¿Qué es la reflexología podal?

La reflexología podal es la técnica terapéutica que consiste en la estimulación de puntos de los pies – denominados zonas reflejo – para producir efectos beneficiosos en otras partes del cuerpo.

Seguro que habrás escuchado alguna vez que en los pies hay varias terminaciones nerviosas que conectan con todo el cuerpo: riñones, espalda, hígado…e, incluso, con el corazón. Por ello, este tipo de tratamiento puede liberar tensiones y promover el equilibrio interior.

La técnica se realiza en forma de masaje manual y, normalmente, se utiliza algún aceite para conseguir una mayor fluidez. Y, además de actuar sobre el resto del cuerpo, también se consigue un efecto local muy beneficioso para cuidar nuestros pies.

Orígenes de la reflexoterapia podal

Ahora que ya sabes qué es la reflexología podal, seguro que te preguntas: ¿de dónde proviene esta técnica? Sus orígenes se remontan a la antigua China, Egipto y en las tribus de Estados Unidos. Y es que, fueron los egipcios los que descubrieron que, al estimular los pies, se producía una sensación placentera en otras partes del cuerpo.

Desde entonces, ya se comprobó que estimular determinados puntos de los pies influía directamente sobre otros órganos del cuerpo, aportando un estado de bienestar.

Si avanzamos hasta la reflexología moderna, su máximo exponente es William Fitzgerald. Este médico estadounidense estableció a principios del siglo XX que hay diez puntos meridianos que recorren el cuerpo de forma longitudinal. Así, determinó que existía una conexión entre esas zonas y determinados órganos. Y, posteriormente, se elaboraron mapas en que se identifica cada zona de la planta del pie con la parte de la anatomía en la que ejerce los beneficios.

Partiendo de estos avances, se constató que, por ejemplo, los dedos pulgares de los pies inciden sobre el cerebro. Mientras que, el resto de dedos, actúan sobre los ojos y los oídos. Por otra parte, estimular la zona de la planta conecta directamente con el corazón. Y, según los especialistas, el empeine se relaciona con los brazos y hombros.

Beneficios de la reflexología podal

Como te contamos, los pies conectan con muchos órganos del cuerpo. Por ello, la reflexoterapia podal se utiliza para tratar varios tipos de dolencias, como pueden ser las migrañas, las contracturas o los dolores de espalda.

En general, son múltiples los beneficios que aporta este tratamiento, algunos son los siguientes:

  • Regula el funcionamiento del organismo.
  • Equilibra el sistema de flujos de energía del cuerpo.
  • Además de ser un tratamiento, también actúa como una terapia de prevención.
  • Aporta relajación y, por tanto, mejora la calidad del sueño.
  • Alivia dolores gracias a su efecto antiálgico.
  • Estimula la circulación sanguínea.
  • Contribuye a un estado de salud físico y mental favorable. De hecho, es muy útil para reducir el estrés e instaurar la calma.
  • Promueve la depuración y la eliminación de toxinas.
  • Activa el sistema inmunológico.
  • Permite estimular la curación natural del cuerpo.

Esta terapia zonal aporta beneficios tanto a nivel mental como físico. Es una técnica que ayuda a prevenir, curar y aliviar dolencias y que potencia un estado de equilibrio integral.

Indicaciones de la terapia zonal

Como vemos, la reflexología podal tiene muchos beneficios. Pero, ¿quiénes necesitan, principalmente este tipo de tratamiento?, ¿qué dolencias o estados físicos se ven más beneficiados? Normalmente, la terapia zonal se aplica en los siguientes casos:

  • Situaciones de estrés y tensión.
  • Estreñimiento.
  • Dolores menstruales.
  • Hipertensión.
  • Problemas de circulación / Hinchazón en las piernas.
  • Dolores musculares.
  • Problemas hormonales.
  • Dolores de espalda.
  • Contracturas.
  • Migrañas.
  • Fibromialgia.
  • Afecciones gastrointestinales.

La reflexología podal y sus contraindicaciones

Si bien es cierto que la reflexoterapia podal aporta muchos beneficios, también hay que tener en cuenta las contraindicaciones del tratamiento. A continuación, te contamos en qué casos es mejor evitar esta técnica:

  • Durante el proceso de enfermedades que cursan con fiebre y espasmos.
  • Si se padece patologías inflamatorias de la circulación sanguínea o linfática.
  • Si se sufre afecciones agudas en los pies que causen irritación o erupción.
  • En casos de hemorragias.

Otras técnicas de reflexoterapia

Además de la reflexología podal, hay otros tipos de terapia zonal que se realizan sobre otras partes del cuerpo. Estas son algunas de las más conocidas:

  • Auriculoterapia. Utiliza el pabellón auricular para tratar dolencias. Se realiza a través de la colocación de pequeñas agujas, semillas de vaccaria o en forma de masaje.
  • Reflexología manual. Se refiere a la terapia que se aplica en las manos, donde, al igual que la reflexología de los pies, se conecta con todas las estructuras corporales. Mediante la presión, el amasamiento o las frotaciones se consigue acabar con los bloqueos energéticos y emocionales que pueda sufrir el paciente.
  • Reflexología facial. Este tratamiento se aplica en el rostro en forma de masaje facial y también se conoce como facioterapia.

En definitiva, la reflexología estimula órganos internos, restaura el equilibrio interno y externo y puede aliviar tensiones musculares. A partir de la conexión que se establece entre los puntos y partes determinadas del cuerpo, se consigue aliviar dolencias y potenciar el bienestar en las personas.

Eso sí, los efectos siempre variarán en función de la persona y de su estado físico e interno. Igualmente, el número de sesiones de reflexología pueden ser distintos en función de cada necesidad. Por ello, te recomendamos que, si quieres someterte a este tratamiento, lo más indicado es que consultes siempre a un profesional.