Si te decimos herbología puede que te traslades al universo de Harry Potter en Hogwarts, donde se habla de esta botánica mágica. Hablamos del estudio de las propiedades de las plantas medicinales, un concepto sobre el que profundizamos a continuación. Recuerda que si quieres especializarte en medicina alternativa puedes formarte con el Curso de Plantas Medicinales y aprender los usos y beneficios terapéuticos de estos remedios naturales.

¿Qué es la herbología?

La herbología se conoce también como fitoterapia o herborismo. Consiste en la utilización de las plantas y sus principios activos para curar enfermedades o mejorar la salud, tanto en las personas como en los animales.

Recuerda que un principio activo es la parte de un medicamento que realmente tiene efecto sobre la salud de quien lo usa. En los fármacos de laboratorio, también hay una parte que cura. El resto de los componentes son los excipientes, que se añaden para dar consistencia al medicamento, ya sea en polvo, pastillas, jarabe… En las plantas, ocurre algo similar: siempre hay una parte que se aprovecha y otras (fibras, almidón, etc.) no tienen efectos en la salud.

La relación entre las plantas medicinales y los fármacos

¿Sabías que muchos medicamentos actuales tienen su origen en las plantas? Por ejemplo, el ácido acetilsalicílico de la aspirina. Los laboratorios que decidieron sintetizar la aspirina se fijaron en la eficacia de la corteza de sauce contra el dolor. “Copiaron” su fórmula para elaborar el medicamento, que tiene también exactamente los mismos efectos secundarios. En la actualidad, un 25% de los medicamentos en Estados Unidos tienen algún componente que procede de las plantas. Eso sí, igual que los tratamientos tradicionales, la herbología tiene efectos secundarios y contraindicaciones.

Además, se han demostrado los efectos del regaliz para tratar el SARS-CoV-1, el primer coronavirus. Y actualmente se está investigando el efecto del extracto de granada para combatir la hiperglucemia. Estos son solo un par de ejemplos.

Sustancias que se utilizan en la fitoterapia

Hoy, la herbología es una ciencia en pleno desarrollo. Por ahora, apenas se ha investigado al respecto porque tradicionalmente se efectúan más ensayos médicos con la medicina tradicional, es decir, la que se basa en sustancias obtenidas químicamente en el laboratorio.

No obstante, hay varias sustancias de las plantas que se pueden aprovechar por todos los beneficios que aportan a la salud:

  • Sustancias aromáticas: son como los fenoles o sus derivados, los taninos.
  • Alcaloides: son “venenos” que normalmente defienden a las plantas de los depredadores.
  • Metabolitos: hay unas 12.000 sustancias distintas en las plantas, que intervienen en los procesos del organismo.

Clasificación de las plantas medicinales

En herbología, existen diversas formas de clasificar las plantas medicinales, pero lo más habitual es hacerlo según sus efectos, como vemos seguidamente:

  • Analgésicas. Evitan distintos tipos de dolor. A veces, estas plantas son también antiinflamatorias.
  • Antiácidas. Reducen la acidez durante la digestión, por lo que a menudo estas plantas también se incluyen en las digestivas o similares. Numerosas infusiones conocidas tienen este efecto; por ejemplo, las de manzanilla, menta, hinojo, etc.
  • Antidiabéticas. Estimulan la producción de insulina en el páncreas, de forma que bajan los niveles de azúcar en la sangre.
  • Antiinflamatorias. Reducen la inflamación y son útiles en una multitud de dolencias como la artritis, dolor de cabeza, problemas dentales, lesiones o alergias.
  • Astringentes. Contraen los tejidos y extraen líquidos de estos. Según en qué parte del organismo actúen, pueden ser útiles contra inflamaciones o diarrea.
  • Antisépticas o antibióticas. Son desinfectantes. Las hay internas (por ejemplo, para combatir enfermedades bacterianas o virales) o externas (para desinfectar heridas). Por suerte, las plantas antibióticas no suelen eliminar la flora intestinal como hacen los antibióticos químicos. Un ejemplo es el eucalipto.
  • Aperitivas. Tienen un efecto estimulante en el sistema digestivo. Por ejemplo, el jengibre.
  • Calmantes o sedantes. Relajan el sistema nervioso. La valeriana y el lúpulo son dos conocidos ejemplos.
  • Carminativas. Calman las flatulencias (gases) en el estómago y el intestino.
  • Cardiotónicas: Estimulan el funcionamiento del corazón. Por eso, son buenas para mejorar la circulación sanguínea.
  • Coleréticas y colagogas. Mejoran la producción de bilis y su eliminación por las vías biliares. Son útiles en la prevención y tratamiento de los cálculos biliares y algunas enfermedades del hígado.

Otras hierbas medicinales y sus usos

  • Depurativas. Ayudan a eliminar toxinas de la sangre.
  • Digestivas. Facilitan la digestión y evitan las molestias. Algunas actúan a nivel general y otras a nivel específico (sobre el estómago, hígado, evitan los gases…). La manzanilla y el jengibre son algunos ejemplos.
  • Diuréticas. Aumentan la cantidad de orina. Por ejemplo, la cola de caballo.
  • Emenagogas. Favorecen la menstruación en las mujeres. Un ejemplo es el hinojo.
  • Eméticas. Provocan el vómito cuando es necesario.
  • Emolientes. Ablandan los tejidos. Por eso, se usan en algunos casos de inflamaciones, abscesos y úlceras.
  • Estimulantes. Estimulan el sistema nervioso o provocan un aumento de la energía.
  • Estomacales. Alivian el dolor estomacal.
  • Expectorantes. Diluyen la mucosidad y ayudan a eliminarla. Por eso, son buenas en los casos de bronquitis y diferentes tipos de tos.
  • Febrífugas. Bajan o eliminan la fiebre.
  • Galactógenas o galactogogas. Ayudan en la secreción de leche durante la lactancia.
  • Hemostáticas. Frenan la pérdida de sangre en las hemorragias.
  • Hepatoprotectoras. Protegen el hígado y así ayudan en el tratamiento y prevención de la hepatitis, cirrosis, efectos secundarios de medicamentos, etc.
  • Hipotensoras. Sirven para bajar la tensión arterial.
  • Inmunoestimulantes. Mejoran el funcionamiento de las defensas del organismo para evitar que se sufran infecciones.
  • Laxantes o purgantes. Combaten el estreñimiento.
  • Sudoríficas. Causan sudoración.
  • Tónicas. Suelen utilizarse para dar más vitalidad al cuerpo, combatir la anemia o la debilidad pulmonar.
  • Vermífugas o antihelmíticas. Combaten las lombrices.
  • Vulnerarias. Curan las heridas.

La demanda de herbólogos

Como la herbología es unaciencia en expansión, los herbólogos cada vez son más necesarios en diversos ámbitos. Puedes tener tu propio herbolario o tienda de productos naturales. Además, estos especialistas también pueden ser requeridos en centros sanitarios privados, farmacias y tiendas de dietética.

Asimismo, un herbólogo debe tener numerosos conocimientos de medicina, farmacia, bioquímica, etc. que pueden aplicarse a la vida diaria, ya que las plantas son una alternativa natural frente a los medicamentos y, en algunos casos, son más efectivas y menos dañinas para el organismo.

La mejor forma de aprender herbología

Si realmente quieres ser un buen herbólogo, no te quedes solamente en los efectos de las plantas sobre la salud (los deseados y los secundarios). También es importante que aprendas sobre botánica para saber cómo se recogen y conservan las plantas.

Necesitarás conocer algunos aspectos de la herbolaria medicinal y los procesos del cuerpo ante la administración de las plantas terapéuticas, conociendo todos los efectos y las contraindicaciones en cada caso.