La dieta blanda es una de las principales recomendaciones que suelen realizar los médicos en sus consultas, especialmente si las visitas están relacionadas con problemas digestivos. A continuación te detallamos los motivos por los que realizar este tipo de dieta hospitalaria. Al final de todo te daremos algunas indicaciones y te propondremos un menú basado en este modelo de alimentación.

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¿Qué es la dieta blanda y cuándo está indicada?

La dieta blanda se basa, fundamentalmente, en ingerir alimentos y líquidos que sean fáciles de digerir y de masticar, y se excluyen aquellos que puedan aumentar la secreción ácida en el estómago, las grasas y los ácidos.

Son varios los motivos por los que seguir una dieta de este tipo. Los podemos agrupar de la siguiente manera:

Gastroenteritis

Esta patología desencadena trastornos como diarrea, náuseas y vómitos. En este caso se pretende facilitar el trabajo del aparato digestivo que funciona de forma diferente debido a un proceso infeccioso. Además, esto contribuye a disminuir el número de deposiciones, por ello, podemos también denominarla dieta astringente.

Alteraciones buco-dentales

Es posible que necesitemos una dieta así si padecemos una enfermedad en las encías o por la extracción de alguna pieza dental. En estos casos masticar es complicado por el dolor y por eso es necesario que durante el tratamiento se tomen alimentos fáciles de comer.

Dificultad al tragar (disfagia)

Lo que ocurre es que cuesta tragar, como si el esófago se hubiera cerrado. Puede darse por diferentes causas, pero las más frecuentes son por inflamación o por causas tumorales. Esta dieta no es astringente.

Postoperatorio

La dieta blanda en postoperatorio está indicada tras intervenciones quirúrgicas o en preparaciones para la realización de pruebas, por ejemplo cirugías maxilo-faciales o antes de una colonoscopia. El tipo de alimentación que se da en estos casos es específica.

Alimentos permitidos en la dieta blanda

En general podemos identificar tres tipos de dietas blandas:

  • La dieta astringente: es efectiva para combatir problemas gástricos.
  • La no astringente: se indica para mitigar las dificultades al tragar.
  • La dieta para patologías gástricas: ayuda a atenuar el dolor que generan este tipo de patologías.

Nosotros vamos a diferenciar el tipo de alimentos entre astringente y no astringente.

Dieta astringente

A continuación os explicamos algunos de los alimentos más adecuados para la dieta astringente:

  • El arroz blanco hervido y el agua de la cocción (rico en almidón) contribuyen a disminuir las deposiciones diarreicas. Debe tomarse al menos 1 vez al día durante el tiempo que te indique el médico.
  • Huevos: puedes prepararlos de diferentes formas, escalfados, cocidos, en tortilla… En los pacientes con peor estado general suele recomendarse tomar primero la clara y posteriormente la yema (por el contenido en grasa). Puedes consumir entre 3 y 4 huevos a la semana.
  • Pollo y pescados blancos: debe ser pescado con bajo contenido en grasas, cocido, a la plancha o al horno. Lo fundamental es evitar añadir grasas a los alimentos. En el momento de elegir el pollo te recomendamos la porción que contenga más carne magra y menos grasa.
  • Sémola de trigo hervida: absorbe el agua y disminuye las diarreas.
  • Patatas cocidas, hervidas, al vapor o al horno: las puedes tomar de forma diaria en la dieta.
  • Compotas de algunas frutas, como por ejemplo manzana, pera, plátano…
  • Verduras cocidas: sólo se permiten la zanahoria, la calabaza y el calabacín. También pueden prepararse en caldos.
  • Manzana rallada, mejor si está un poco oxidada. Con la oxidación de la manzana se generan unos compuestos conocidos como taninos que tienen efecto muy astringente. Indicado para disminuir la diarrea.
  • Gelatinas: puedes tomar de 1 a 2 porciones al día. Tienen un alto contenido en agua lo que evita la deshidratación en las gastroenteritis.
  • Pan blanco: evitar los que contienen fibras o cereales.
  • Se pueden tomar caldos bajos en grasa, por ejemplo el caldo de pollo.
  • Las grasas no están recomendadas aunque se puede consumir aceite de oliva crudo en bajas cantidades.

No astringente

En esta dieta puedes añadir algunos alimentos excluidos en la dieta anterior, aunque mantienen muchas similitudes.

  • Caldo de verdura, pollo y pescado, con muy poca grasa, sólo añadir una pizca de sal.
  • Cremas de verdura sencillas: hervir la verdura y triturarla, se puede añadir un poquito de aceite de oliva para mejorar la textura y que sea más suave y sencilla de tragar.
  • Purés: de legumbres, de pollo o de pescado.
  • Yogures, a ser posible naturales. Se pueden tomar todos los días.

Dieta astringente vegetariana

Como hemos visto, la dieta de protección gástrica o astringente incluye alimentos como la carne y el pescado hervido, así como los huevos y los lácteos. Por lo que, las personas veganas, ven complicado seguir este tipo de menú.

Si eres vegetariano, no te preocupes, aquí van unas cuantas indicaciones para que puedas adaptar el plan nutricional a tu gusto:

  • Puedes cubrir la parte proteica con legumbres, por ejemplo, en forma de purés o lentejas peladas en cantidades moderadas. O si no, los guisantes hervidos o en puré son otra buena apuesta.
  • Si lo toleras bien, también puedes recurrir al tofu. Eso sí, debe ser blanco, no el ahumado ni el condimentado. Otra opción que puede incluir es el seitán.
  • Toma leches vegetales y, a poder ser, sin azúcares añadidos. Especialmente, la leche de arroz, avena, almendra o de soja, ya que son las que facilitan una mejor digestión.

Dieta blanda para niños

El tiempo necesario para hacer la digestión es proporcional la ingesta de alimentos menos o más ligeros. Las digestiones más rápidas son las que duran aproximadamente una hora y están compuestas por líquidos y productos vegetales.

En cambio, alimentos con mucha grasa son los que dificultan el proceso digestivo y que suponen una duración de tres horas o más para conseguir la integración de los nutrientes.

Como hemos visto, la dieta que nos ocupa es la opción más adecuada para reducir al máximo los problemas digestivos. En el caso de los niños, este tipo de alimentación es idónea para tratar colitis, gastritis, estreñimiento, diarrea, etc. En estos casos, es mejor seguir varias etapas de recuperación. Después de unas horas de ayuno, se comenzará a incorporar el líquido para evitar la deshidratación.

Una vez se tolera el líquido, se podrán dar caldos, purés y sopas. Y, posteriormente, ya iremos introduciendo los alimentos sólidos, pero cocidos o a la plancha. El pescado  la plancha o una tortilla blanda hará que el niño recupere sus fuerzas sin sentir molestias estomacales.

Este tipo de dieta hospitalaria elimina todos aquellos alimentos que sean difíciles de masticar. Frutas y verduras crudas o de piel y semillas, carnes duras, alimentos fritos, cereales y bebidas gasificadas.

Algunas recetas de alimentación blanda para niños son:

  • Sopa de arroz con zanahoria.
  • Puré de patatas con pollo troceado.
  • Sopa de pescado ligera.
  • Lenguado a la naranja.
  • Tortilla francesa.
  • Arroz con calabacín.
  • Pechuga de pavo.
  • Merluza al horno.
  • Puré de zanahoria y calabaza.

Aunque, recuerda, lo más importante en una dieta para tratar la gastroenteritis es asegurar una buena hidratación tanto en niños como en adultos.

Alimentos prohibidos en la dieta blanda

Debes evitar aquellos productos que produzcan un aumento de la acidez gástrica, sean difíciles de tragar o que contengan grasas. Veamos algunos ejemplos:

  • Las grasas saturadas y polisaturadas: dulces, bollería y otros productos similares. Queda prohibido también el chocolate.
  • Los azúcares.
  • Todos los alimentos fritos.
  • Salsas de cualquier tipo. Contienen muchas grasas y en ocasiones especias.
  • Postres como el flan, la crema catalana o las natillas.
  • Productos picantes, ya que aumentan la secreción ácida gástrica.
  • Embutidos en general a excepción de la pechuga de pavo o el jamón cocido.
  • Las carnes rojas.
  • Encurtidos como los pepinillos, cebollas, olivas…
  • Los quesos curados.
  • No se debe fumar.
  • Bebidas estimulantes, como el café, el té, los refrescos…
  • Bebidas azucaradas como los zumos.

Indicaciones para este tipo de dieta hospitalaria

Ante todo, lo primero que debes hacer es recibir atención médica y asesoramiento sobre el seguimiento de la dieta hospitalaria. Por lo general suele ser suficiente con 2 o 3 días, pero puede variar en cada caso. Si pasado ese tiempo continuas mal deberías volver a consultar al especialista.

Además de los cambios en la alimentación puedes realizar algunas pequeñas acciones que ayuden aún más a mejorar la digestión:

  • Masticar más los alimentos para deshacerlos lo máximo posible y mezclarlos bien con la saliva. La saliva es el primer paso de la digestión.
  • Que la comida se encuentre templada, las temperaturas extremas provocan que el estómago tenga que esforzarse más en deshacer la comida.
  • Es preferible comer en pequeñas cantidades y con más frecuencia que realizar ingestas muy copiosas que son más pesadas y tardan más tiempo en digerirse.
  • Dieta baja en sal, utilizando la menor cantidad de especias posibles.
  • Tomar muchos líquidos. Es muy importante mantenerse bien hidratado, hay que beber bastante agua aunque sea a pequeños sorbos. Otros líquidos como el suero oral, las infusiones o caldos también pueden contribuir a tu bienestar.

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Menú de dieta blanda

A continuación te sugerimos un ejemplo de menú de dieta blanda:

  • Desayuno: manzanas cocidas o ralladas.
  • Almuerzo: una rebanada de pan tostado blando con pechuga de pavo. Yogur blando o infusión.
  • Comida: arroz blanco hervido, 2 porciones de pollo o pescado a la plancha.
  • Merienda: una infusión tipo manzanilla.
  • Cena: caldo de verduras o de pollo con una temperatura templada.

Para finalizar, recuerda que es importante la valoración por parte del médico en este tipo de patologías para que nos indique cómo hacer la dieta blanda. La duración puede ser de hasta 3 días y posteriormente ir introduciendo alimentos nuevos de forma progresiva. Si por algún motivo los síntomas no mejoran debes volver a consultar al especialista para una nueva valoración.