Eliminar grasa localizada en el abdomen, las piernas, los glúteos y otras zonas ‘conflictivas’, donde más se acumula la adiposidad, es el sueño de muchos/as, pero, ¿es posible? Existen varios mitos sobre este tema y, por ello, en este post analizamos si es viable perder grasa en áreas determinadas del cuerpo. Te recordamos que si quieres adquirir un conocimiento más amplio en este campo puedes formarte con el Máster en Nutrición Deportiva Online, que te capacitará para promover un estilo de vida saludable.

¿Qué es la grasa localizada?

La grasa localizada es el tejido graso que se acumula en zonas específicas del cuerpo y que suele resistirse a las dietas y a la práctica deportiva, independientemente de las repeticiones de ejercicios concretos que realicemos. Y es que, ¿cuántos de nosotros hemos hecho sesiones infinitas de abdominales para marcar un buen ‘six pack’? ¿Cuántas veces hemos trabajado las piernas a base de continuas sentadillas creyendo que así reducimos la grasa de las piernas?

Debes saber que la grasa del abdomen, las rodillas y otras zonas ‘rebeldes’ no se elimina a base de miles de repeticiones concretas, ni con el uso de cremas milagrosas o fajas reductoras. Esto es uno de los mitos más extendidos entre quienes buscan perder grasa y adelgazar por zonas.

¿Se puede adelgazar por zonas?

Según una investigación realizada por la American Association Of Health, la actividad de un músculo específico no trae consigo la pérdida de grasa en comparación con otras partes del cuerpo que no estamos ejercitando. Es decir los ejercicios de una determinada área corporal no tienen porqué garantizar la quema de grasa de esa misma zona.

Los expertos también subrayan que no hay ejercicios localizados para quemar grasa. O lo que es lo mismo: no se puede eliminar grasa localizada con la práctica deportiva. El cuerpo funciona de forma global y no tiene la capacidad de reducir la grasa de un área objetivo. Con lo cual, por mucho que ejercitemos esa musculatura, el mismo cuerpo decide “cómo repartir” el gasto energético.

Si es cierto que en el ejercicio, el cuerpo puede tomar la grasa intramuscular como fuente de energía, pero esta, a diferencia de la grasa subcutánea, no tiene ninguna influencia sobre la apariencia del músculo, como constatan en este estudio de Shoenfeld (2011).

Por otra parte, hay que tener en cuenta que en la pérdida de grasa también inciden los factores genéticos, los antecedentes familiares, la composición corporal, la toma de fármacos y otros aspectos que pueden dificultar la quema de grasas. Sin embargo, en la alimentación y el ejercicio, encontramos los aliados que sí podemos adaptar y cambiar para que nos ayuden a conseguir nuestra meta.

Alimentación y ejercicio para combatir la grasa localizada

Para adelgazar y evitar la acumulación de grasa en el cuerpo, lo más recomendable es llevar un estilo de vida saludable y adoptar hábitos que nos ayuden a perder de peso y transformar la adiposidad en músculo. Esto se traduce a dos reglas básicas:

Déficit calórico

Crear un déficit calórico es la mejor forma de dieta para bajar grasa localizada con éxito. ¿Qué significa esto? Es tan fácil como gastar más calorías de las que consumimos. Esto es clave para conseguir perder grasa. Eso sí, para que esto sea efectivo, hay que mantener el déficit calórico de forma prolongada. Y es que por mucho ejercicio quema grasa que hagas, si tu ingesta es superior a tu gasto, no perderás grasa.

Actividad física

Si bien es cierto que no hay ejercicios que eliminen la grasa localizada, la práctica deportiva en general es fundamental para aumentar el gasto calórico, mantenernos sanos y fuertes, y sentirnos mejor física y mentalmente.

Lo ideal es trabajar el cuerpo de forma integral y escoger rutinas de ejercicio que impliquen a diferentes grupos musculares y, a la vez, activen el metabolismo y potencien el nivel de resistencia. Los entrenamiento HIIT, los tábatas y otras sesiones funcionales pueden ayudarnos a conseguir nuestro objetivo. Combinar el ejercicio cardiovascular con el entrenamiento de fuerza-resistencia es el combo perfecto para lucir un cuerpo sano y tonificado.

¿Existen tratamientos que ayudan a eliminar la grasa en zonas concretas?

Ya hemos visto que no se puede quemar grasa localizada, pero sí podemos incorporar hábitos saludables que nos ayuden a combatirla y evitar su aparición. En este sentido, también existen tratamientos que pueden ayudarnos a combatir la grasa del abdomen, las piernas, los glúteos y otras zonas donde más se tiende a acumular ese exceso adiposo.

Algunos de los mejores tratamientos para eliminar grasa localizada sin cirugía son los siguientes. Eso sí, hay que tener presente que estas técnicas funcionan como un complemento, ya que la base es llevar una alimentación y práctica de ejercicio físico adecuados a la salud, así como a los objetivos y necesidades particulares.

Criolipólisis

La criolipólisis es uno de los métodos estéticos más efectivos para combatir la grasa localizada y, además, no resulta casi invasivo. Y es que lo que hace es congelarla para desprender la grasa del cuerpo. Una vez terminada la sesión, que dura aproximadamente entre 30 minutos y 1 hora, tu cuerpo irá eliminándola a través de la orina y el sudor a lo largo de unos dos meses.

Carboxiterapia

La carboxiterapia es un tratamiento estético muy utilizado para eliminar la celulitis. A partir de microinyecciones de dióxido de carbono (CO2) en una zona específica, se oxigenan los tejidos y se estimula la generación de colágeno. Al mismo tiempo se estimula la circulación sanguínea y se reducen las imperfecciones.

Radiofrecuencia corporal

En este caso se emplean ultrasonidos para reducir el tejido adiposo. La radiofrecuencia corporal se suele utilizar para combatir la grasa localizada del abdomen, los muslos y los glúteos. Eso sí se requiere de varias sesiones para conseguir el resultado deseado. Además es un método infalible para reducir el volumen y lucir una piel tersa y sin flacidez.

Mesoterapia

La mesoterapia es otro de los tratamientos para eliminar grasa localizada más solicitados. El tratamiento consiste en disolver la grasa mediante pequeñas inyecciones que contienen vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen a la pérdida de lípidos locales.