El NEAT es el gasto energético que obtenemos de las acciones rutinarias diarias. Está claro que si queremos perder peso debemos seguir una alimentación saludable y equilibrada, así como una buena rutina de ejercicio físico. Pero, ¿sabías que hay otras prácticas que, sin darte cuenta, pueden ayudarte a adelgazar? A continuación, te explicamos cómo esas acciones del día a día contribuyen a los procesos de pérdida de peso. Si quieres saber más este tema; conocer la función del metabolismo y entender cómo utiliza nuestro cuerpo los nutrientes en la práctica física, puedes formarte con nuestro Curso Nutrición Deportiva y ampliar tus conocimientos en este campo.

¿Qué es el NEAT?

Al igual que el metabolismo basal (la cantidad de energía que requiere nuestro cuerpo para funcionar) y la actividad física diaria, el NEAT es una fuente de gasto energética más que contribuye a la quema de grasas.

En este caso, el “Non-exercise activiy thermogenesis” se refiere a todas las acciones de nuestra rutina diaria que no responden a la actividad deportiva pero que sí suponen un mínimo esfuerzo físico. Ejemplo de ello seria caminar, subir escaleras, limpiar la casa, ir a hacer la compra, pasear a nuestra mascota…. En definitiva, toda aquella acción que implique movernos y permanecer activos en nuestro día a día.

Para comprender el gasto calórico del NEAT hay que tener en cuenta las necesidades energéticas de una persona:

  • Tasa metabólica basal (TMB). Es la cantidad que requiere nuestro cuerpo para ejecutar las funciones vitales en reposo: procesos respiratorios, cardíacos, hepáticos, musculares, del sistema nervioso, etc. Representa entre el 60 y el 75% del gasto energético diario.
  • Actividad física. Depende de la intensidad, del tipo de ejercicio y de la regularidad de su práctica y, en este caso, hablamos de la energía que gastamos en los entrenamientos. Es la segunda fuente de gasto de energía y aquí entraría también el NEAT.
  • Acción termogénica. Se trata de la energía que requiere nuestro cuerpo para procesar y digerir los alimentos tras su consumo.

¿Cuántas calorías puedo quemar?

El número de calorías que puedas llegar a quemar con el NEAT depende de cuánto activo sea tu estilo de vida.

En el contexto de una rutina saludable, ten en cuenta que de las 24 horas del día, un promedio de 8 horas las dedicamos a dormir, otras dos las invertimos en las comidas y entre una y dos horas más las ocupamos realizando ejercicio físico. El resto, nos toca gestionarlas de la mejor forma posible para mantenernos en movimiento y ganar en calidad de vida.

¿Sabías que el hecho de mantenernos sentados durante dos horas y media menos al día puede suponer un gasto extra de 350 calorías diarias? Así lo constatan en un estudio publicado en la revista Science. Así que, siempre que puedas, ¡muévete!

¿Cómo calcularlo?

Calcular con exactitud el NEAT que gastamos es complicado. Y es que, además de la influencia que tiene el hecho de mantener un estilo de vida activo, también intervienen otros factores como la genética, el sexo y el comportamiento metabólico de cada persona.

La manera más fácil de conocer nuestro gasto calórico es a través de los relojes o pulseras de actividad. Estos dispositivos monitorizan la actividad diaria aportando datos como los pasos que damos y las calorías que gastamos de forma diaria. Ahí, habrá que restarle las calorías que quemamos en el ejercicio física, para tener conocer con mayor aproximación nuestro NEAT.

Cómo aumentar el gasto calórico

Romper con un estilo de vida sedentario es la primera norma para aumentar el gasto calórico. Todo pasa por intentar mantener una rutina más activa. ¿Cómo? ¡Muy fácil! A veces con pequeñas acciones se consiguen grandes resultados. ¡Toma nota!

  • ¿Qué tal si subes las escaleras en lugar de coger el ascensor?
  • Ir caminado al trabajo o en bicicleta en lugar de coger el coche. O si lo coges, aparcar un poco más lejos para andar más.
  • ¿Y si vas vas al supermercado en lugar de hacer la compra online?
  • Realizar tareas de cuidado del jardín.
  • Darle un buen paseo a tu perro y jugar con él.
  • Jugar un partido de baloncesto o de fútbol… ¡elige el deporte que más te guste!
  • Si tienes un trabajo muy sedentario no olvides levantarte cada X tiempo para estirar las piernas y recuperar un poco la actividad.
  • Ir caminado a nuestras obligaciones o recados (al banco, a recoger a los niños, al super…).
  • Limpiar cosas de la casa de forma diaria.
  • Cambiar el sofá por los planes al aire libre: hacer una ruta de montaña con los amigos, dar un buen paseo por la playa o hacer un poco de turismo.

Aunque no lo creas, estas pequeñas prácticas pueden ayudarte y mucho a incrementar tu NEAT. ¡No hay excusas! Siempre tienes la oportunidad de moverte más para conseguir tu objetivo y, por encima de todo, ganar en salud.

Déficit calórico, la clave para perder peso

Ingerir menos calorías de las que gastamos o lo que es lo mismo, gastar más calorías de las que ingerimos. Ahí está la clave para perder peso. No hay más. Ni dietas milagro, ni restricciones en la alimentación, ni pasarse tres horas diarias en el gimnasio. Comprender cómo funciona tu cuerpo es el verdadero secreto para conseguir perder esos kilos de más.

Por ello, crear un déficit calórico es la única vía por la cual podemos perder peso de forma saludable, siempre siguiendo una dieta equilibrada y una buena rutina de ejercicio físico. Eso sí, para establecer ese déficit es imprescindible que conozcas cuántas calorías necesita tu cuerpo, y es que este dato varía en función de cada persona.

En cualquier caso, hay que intentar no restringir en exceso el aporte energético, ya que las dietas de menos de 1.000 kcal no se consideran apropiadas ni saludables por su bajo aporte calórico.

En este sentido, lo más recomendable es aumentar el metabolismo a partir de la actividad física y controlar la ingesta de calorías diarias. Es importante alternar las dos vías para conseguir adelgazar pero, a la vez, tonificar el cuerpo y evitar la pérdida excesiva de masa muscular.