La homeopatía es un método de terapia alternativo que se basa en la curación por lo semejante. Es lo que se conoce como ley de similitud.  Es decir, se utilizan sustancias que se usan en ínfimas concentraciones en los medicamentos homeopáticos; si se administraran a una persona sana en cantidades elevadas producirían los síntomas que se quieren curar. Se opone a la medicina alopática que busca curar mediante lo opuesto a los síntomas.

Si te interesa la medicina natural, puedes estudiar homeopatía y adquirir los conocimientos que necesitas para trabajar como homeópata profesional. Así, conocerás cuáles son los beneficios de la homeopatía y para qué patologías se usa este método terapéutico.

¿Qué es la homeopatía y para qué sirve?

La homeopatía es un método terapéutico que se emplea para la prevención, curación y alivio de patologías. En forma de medicamentos homeopáticos, esta terapéutica puede contribuir al tratamiento de estados como la gripe, la tos, la diarrea o la migraña. Asimismo, se ha comprobado su potencial a la hora de tratar enfermedades crónicas como la ansiedad o las afecciones reumáticas.

La medicina homeopática busca ir más allá de la sintomatología. El objetivo es devolver al organismo su equilibrio natural. Por ello, el tratamiento homeopático debe ser personalizado, ya que hay que analizar los problemas de salud que presenta el paciente, su constitución física y los puntos de mejora.

¿Cuáles son los medicamentos homeopáticos y para qué se indican?

La medicina homeopática se obtiene a partir de productos animales, vegetales o minerales. Su precursor es Samuel Hahnemannun médico alemán que, a principios de siglo XIX, relacionó las enfermedades con las miasmas, fenómenos causantes de los desequilibrios. Comenzó a creer en la curación por lo semejante cuando usó ciertas sustancias en dosis muy pequeñas. De esta manera pudo comprobar el efecto que ejercían sobre el organismo. Así adquirió los conocimientos para apoyar su postulado, que a día de hoy se ha ido extendiendo.

Estos medicamentos se utilizan para estimular los mecanismos curativos naturales propios de los seres vivos. De esta manera, tus enfermedades se sanan de una forma natural. La curación se alcanza mediante procesos que son parte de la fisiología del organismo.

¿Cómo se obtienen los medicamentos homeopáticos?

Para poder llamar a una sustancia medicamento homeopático intervienen varios condicionantes. El primero es que no puede ser cualquiera, ya sea natural o artificial. Debe producir síntomas en grandes cantidades y curarlos en pequeñas porciones. Para esto se experimenta con cada una de las sustancias de forma rigurosa y sistemática. Se observan cuidadosamente sus efectos antes de poder aprobarla como medicamento homeopático.

La sustancia que sea capaz de causar los síntomas debe ser diluida en una proporción predeterminada. Este es uno de los requisitos para ser parte de los medicamentos homeopáticos. La dilución se hace en agua o en alcohol cuantas veces sea necesario hasta que la sustancia pase a ser imperceptible. El tercer y último requisito es la dinamización. Consiste en agitar enérgicamente la dilución después de cada paso en el proceso de dilución.

El agua o alcohol que al principio eran diluyentes neutros adquieren cualidades físicas y químicas. En este momento se convierten en líquidos con actividad biológica. Según el doctor Samuel Hahnemann, la dilución y la dinamización consiguen elevar la potencia de estos preparados.

¿Cómo se usan?

Los medicamentos homeopáticos se utilizan para tratar cuadros sintomáticos. La idea es que sean similares a los que produciría la sustancia diluida si se usara en concentraciones elevadas. Esto es independiente de cuál sea la causa, es decir, la etiología del cuadro.

Además de tratar cuadros de síntomas característicos, el tratamiento busca curar la dolencias particulares de cada patología. Por ello se realiza una evaluación médica minuciosa para acotar el diagnóstico más acertado.

Para decidir el tratamiento, los médicos homeopáticos consultan las farmacopeas homeopáticas o repertorios. Así, conocen los síntomas a tratar y cómo deben proceder a la preparación de sustancias.

Por último debes saber que estos medicamentos pueden utilizarse solos o en combinación con otros.

Efectos secundarios

La homeopatía es una medicina natural que no contraviene los mecanismos curativos del organismo. Sin embargo, en algunos casos se han presentado efectos adversos. Según la literatura médica, en las 3 décadas recientes se han detectado más de 1.000 casos. En la mayoría fueron leves como la flatulencia pero en algunos casos hubo alergias e intoxicaciones. Otro rasgo común es que las concentraciones usadas eran elevadas. También sucedió que los medicamentos homeopáticos estaban adulterados o contaminados.

Homeopatía para combatir la ansiedad

El estrés afecta en el día a día de muchas personas y cuando es excesivo puede bloquearnos y saturarnos. Y es que el estrés y la ansiedad derivan en serios problemas si se hacen crónicos. Muchas personas no desean tomar psicofármacos, ya que pueden generan adicción. Por ello, se recurre a los medicamentos homeopáticos.

Como en cualquier otro tratamiento de este método terapéutico, se individualiza cada caso. Algunos de los medicamentos homeopáticos utilizados con más frecuencia para tratar el estrés son los siguientes.

10 medicamentos homeopáticos para calmar el estrés

Phosphorus

Este principio se utiliza en los casos en que se presentan palpitaciones. También cuando, en la esfera psíquica, aparecen miedos irracionales. La persona teme cosas como enfermar, sufrir un gran daño o verse expuesto a situaciones desagradables.

Argentum nitricum

Es adecuado en el caso de que la persona sienta una gran presión y sufra palpitaciones.

Calcarea carbonica 

Se usa en los casos en los que se presenta una preocupación desmedida por el futuro. Otra circunstancia en que se usa es cuando se siente un miedo continuo a enfermar.

Passiflora incarnata 

Esta planta es adecuada para regular los patrones de sueño y combatir el insomnio.

Ignatia amara

Está indicada en los casos en los que se presentan alteraciones emocionales.

Aconitum napellus

Se indica para combatir estados de pánico que cursan con temblores, sudoración y miedo incontrolable.

Chamomilla vulgaris 

Este medicamento homeopático se recomienda para el tratamiento de cuadros de ansiedad con síntomas de depresión y dolor en la zona abdominal.

Cyclamen europaeum

Se recomienda en aquellas personas que padecen ansiedad y sensación de abandono. También se indica en los casos en que el estrés aumenta en periodos de la menstruación que van acompañados de dolor de cabeza y vértigos.

Gelsenium Sempervirens 

Esta receta homeopática se aconseja a quienes sufren ansiedad, miedo, inhibición y bloqueo. Se podría indicar en aquellas personas que sienten nervios frente a la presentación de un examen o en deportistas que se enfrentan a una competición decisiva.

Nux vómica

Puede indicarse en aquellas personas que se sienten muy irritables y que enseguida pierden la calma.

Diferencias con los remedios naturales o plantas medicinales

La fitoterapia se basa en el uso de plantas o sus extractos para lograr efectos terapéuticos. Es una terapia englobada dentro de las denominadas naturales. Se basa en principios alopáticos donde los síntomas se curan con sustancias que tengan efectos opuestos. Por ello, los principios en que se basan la homeopatía y la fitoterapia son distintos.

Por otra parte, la fitoterapia presenta efectos adversos más frecuentes que los medicamentos homeopáticos. Esto se debe en parte a que las concentraciones de principios activos son considerablemente más elevadas. La otra razón es que las hierbas o sus extractos muchas veces se suelen autoadministrar.

El metabolismo de estos compuestos se hace a nivel del hígado y los riñones. Los medicamentos utilizados por la homeopatía no se metabolizan por sus ínfimas concentraciones.

Los medicamentos de la homeopatía no presentan contraindicaciones y son seguros, siempre que sean recomendados por un homeópata. Además, se pueden administrar junto a los elaborados por la industria farmacéutica, ya que, en principio, no existen interacciones.