La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, pues nos recubre de la cabeza a los pies. Las funciones de la piel son esenciales y repercuten directamente sobre nuestra salud. Es por ello por lo que en este post descubrirás por qué es tan importante cuidar la piel, conociendo su fisiología.

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¿Cuáles son las capas de la piel?

Como hemos mencionado, nuestra piel recubre la totalidad de nuestro cuerpo y está formada por diferentes capas que, a su vez, cuentan con varias capas más que ayudan en cada una de las funciones. Así pues, las capas de la piel son:

  • Epidermis

La epidermis es la capa más externa de la piel. Lleva a cabo tres funciones de la piel básicas: la descamación, la protección de las células basales y la producción de melanina.

  • Dermis

En esta capa encontraremos los vasos sanguíneos, los linfáticos, los folículos capilares, las glándulas sudoríparas, los fibroblastos y los nervios. También encontramos el colágeno que se encarga de mantener unidas las distintas capas, además de dar a la piel flexibilidad y fuerza.

  • Hipodermis

También es conocida como capa subcutánea de grasa. Es la capa más profunda y está formada por colágeno y tejido graso. Ayuda a conservar el calor del cuerpo y protege al cuerpo de lesiones externas ya que actúa de cojín.

Funciones de la piel

La piel protege nuestro organismo de agentes externos, al mismo tiempo que nos permite interactuar con nuestro entorno. Sus funciones son, por lo tanto, tan importantes que sin ellas podríamos incluso morir. A continuación te explicamos las más destacadas.

  • Protección

Esta es una de las funciones de la piel más evidente. La piel nos protege de cualquier ataque externo (quemaduras, golpes, presión, temperatura, gérmenes, etc.). Por ejemplo, la melanina no solo proporciona pigmento a nuestra piel, sino que también nos protege de los rayos dañinos que provienen del sol (radiación ultravioleta).

  • Regulación de la temperatura

A través de la sudoración conseguimos enfriar nuestro cuerpo. Cuando tenemos frío, los vasos sanguíneos subcutáneos se llenan de sangre para mantener el calor. Estos procesos permiten que nuestro organismo siempre trabaje con la temperatura óptima y que reaccionemos a la temperatura externa.

  • Inmunidad

La piel es la primera barrera natural cuando nuestro cuerpo es atacado por gérmenes y bacterias. Trabaja conjuntamente con el sistema inmunitario para impedir que estos agentes dañinos entren en nuestro organismo. Sin la piel, los músculos, huesos, nervios, tendones, etc. se verían directamente expuestos a todo ello y se infectarían con mucha más facilidad.

  • Movilidad y crecimiento

Una de las funciones de la piel y que la convierten en un órgano tan especial es su elasticidad. Esta nos permite movernos y crecer sin que se rompa y sin que sintamos dolor con cada movimiento que hagamos. Por otro lado, a pesar de que juguemos con ella estirándola, siempre vuelve a su posición inicial sin dejar marcas de deformación, como pasaría con la plastilina, por ejemplo.

  • Sentido del tacto

En la dermis también encontramos las terminaciones nerviosas que mandan al cerebro todos los impulsos que recogen y que comúnmente conocemos como “sentido del tacto”. Además, también nos permite detectar la temperatura externa para reaccionar ante situaciones de frío o calor para poder evitar quemaduras e hipotermias.

  • Absorción

¿Cuántas veces hemos oído que la piel respira? Es una manera de explicar una de las funciones de la piel. Esta absorbe oxígeno, nitrógeno y otras substancias que se encuentran en el aire y que son necesarias para su buen funcionamiento. Es por eso que siempre nos aconsejan vestir con tejidos transpirables, ya que facilitan que se realice correctamente esta función.

  • Impermeabilidad

Nuestra piel es impermeable, no permite que el agua penetre a través de ella. A pesar de que parezca una contrariedad la creencia de que hay que mantener nuestra piel hidratada, la intrusión sin control del agua externa a través de la piel provocaría la pérdida de minerales en nuestro cuerpo. La barrera natural que la impermeabiliza está compuesta de aceites naturales que son los que precisamente hay que mantener a través de la hidratación con cremas, aceites u otros medios.

Por otro lado, nuestro organismo está formado en un 70% de agua. La piel impide que el agua se pierda y además nos avisa a través de una apariencia que conocemos como “piel seca” o escamosa cuando dicho porcentaje se ve disminuido. De esta manera, podremos actuar en consecuencia.

  • Eliminación de células muertas

Las células de nuestro cuerpo se reproducen constantemente y reemplazan a las más antiguas. A través de la piel se expulsan muchas de ellas. Esta es una de las funciones de la piel que permite su cicatrización y regeneración en un proceso bastante rápido.

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¿Qué es la melanina?

Cuando hablamos de proteger y cuidar nuestra piel, no podemos olvidarnos de la protección natural que nos aporta la melanina. Hablamos del pigmento que da color a nuestra dermis, cabello y ojos. Pero, la melanina no solo nos ofrece dicha coloración. También, nos protege, principalmente, de los rayos solares.

La melanina es una especie de capa protectora. Por lo tanto, el exceso o falta de melanina tiene graves consecuencias a nivel dermatológico. Especialmente si se trata de una carencia extrema como en el caso del albinismo. Cuanto más oscuro sea el tono de piel, menos riesgo de sufrir radiación solar. Por ello, las personas con la tez blanca necesitan un protector solar más alto.

Y, te preguntarás, ¿cómo se produce este pigmento? En la capa externa de la piel, encontramos los melaconcitos. Éstos portan la cantidad de melatonina que determina nuestro color de piel. A mayor número de melanconcitos en la piel, mayor será la melatonina. Por lo tanto el tono  de la dermis será más intenso. Hay que tener en cuenta que, este proceso, puede variar en función de la genética y otros interventores biológicos.

Tipos de melanina

Existen dos tipos de melanina:

  • Feomelanina: se trata de un pigmento común en las personas de piel blanca o que son pelirrojas. Es extremadamente delicado frente a la exposición solar y en el caso de no utilizar la protección correcta, las células pueden convertirse en cancerígenas.
  • Eumelanina: es el pigmento principal de las pieles oscuras y del que carecen las dermis blancas. Además, es el tipo de melanina que determina el color del cabello.

Problemas de piel habituales

Existen muchísimas alteraciones que pueden afectar a nuestra piel, pero las más comunes son:

  • El acné.
  • La dermatitis.
  • Las infecciones fúngicas.
  • Las quemaduras solares.
  • El cáncer de piel.
  • Las verrugas.

Aunque algunos de estos problemas no supongan un mal mayor, es recomendable visitar a un especialista cuando aparezcan signos anómalos en la piel para poder tratarlos y seguir manteniéndola sana.

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Consejos para cuidar la piel

Como hemos visto, las funciones de la piel son esenciales para el cuerpo humano. Por ello, se hace totalmente imprescindible que la cuidemos diariamente. Aquí van algunos consejos para que tu cutis luzca increíble:

  • Protege la piel del sol. Es esencial cuidar siempre la piel y protegerla, pero, sobre todo, si vas a exponerla al sol. Nunca olvides aplicarte crema solar de forma regular y, si puedes, procura estar bajo el sol en horas de menos calor.
  • Utiliza un jabón adecuado a tus necesidades. La mejor opción para ti la determinará un especialista en dermatología. Eso sí, es indispensable el uso de un jabón suave y con poco jabón, especialmente si tu piel es grasa y/o mixta.
  • Agua templada mejor que caliente. Este es otro punto que jugará en tu favor en el cuidado de la piel. Y, si además, eliges más ducha que baños, ¡mejor que mejor! De esta manera, evitaras la deshidratación.
  • La importancia de hidratar la piel cada día. Tengas la piel que tengas, ¡hidrátala! Todos, absolutamente todos los tipos de piel, necesitan hidratación.
  • Extrema el cuidado durante los meses más fríos. El viento, el sol y el frío tienden a resecar la piel, generando una sensación de tirantez y, en ciertos casos, algún picor.
  • Bebe mucha agua y lleva una dieta sana y equilibrada. Esta es una condición primordial. Beber de 1,5 a 2 litros de agua al día hará que tu piel tenga un aspecto radiante, ya que además de nutrirla por fuera, estarás hidratando por dentro.
  • El tabaco: un enemigo para nuestra piel, ya que hace que el cutis se vea mucho más apagado y acelera su envejecimiento.
  • Duerme las horas necesarias. Descansar bien también repercute en la apariencia de tu rostro y cuerpo. Procura dormir entre 7 y 8 horas cada día para estar radiante.

Fórmate como experto en dermatología

Dada la importancia de conocer las funciones de la piel y de reforzar su cuidado, desde Instituto DYN creemos que es necesario contar con profesionales que puedan guiarnos y ayudarnos a mantenerla sana. Si este tema te despierta curiosidad estamos seguros de que tú podrías ser uno de ellos. No dudes en contactarnos.

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