La dermatitis atópica

La dermatitis atópica es una patología de la piel, considerada enfermedad crónica que se caracteriza por la aparición de manchas rojas en la piel. Esto ocurre porque la piel está seca, poco hidratada, pica y se enrojece. Normalmente, la dermatitis atópica aparece en los bebés o niños y permanece en edades adultas, pero con menos frecuencia e intensidad.

Hay factores y condiciones que pueden desencadenar un primer brote o que pueden agravar las lesiones que ya existen. Algunos factores pueden ser: el uso de productos o materiales que irriten la piel, el padecimiento de otras alergias, enfrentarse a situaciones de continuo estrés o los cambios bruscos de temperatura.

Causas principales de la piel atópica

Los expertos en dermatología todavía no han descubierto una cura definitiva ni tampoco una causa concreta que ocasione dermatitis atópica. Pero sí existen algunas causas que generan un mayor riesgo de sufrir esta dolencia de la piel.

El clima influye en la dermis

Vivir en un clima frío supone un riesgo más alto de padecer dermatitis atópica, así como los cambios violentos de temperatura.

La genética de la piel

La dermatitis atópica es, generalmente, hereditaria. Hay un vínculo entre dermatitis atópica y otras enfermedades y alergias como el asma o la fiebre del heno. Si los progenitores padecen alguna de estas enfermedades, es muy probable que los hijos desarrollen dermatitis atópica.

El género de la persona

Las mujeres suelen ser más propensas que los hombres a padecer dermatitis atópica.

La edad de la madre

Los niños y niñas cuyas madres tienen una edad elevada cuando nacen, tienen más riesgo de padecer ciertas enfermedades, entre las cuales se encuentra la piel atópica.

¿Cómo saber si padeces dermatitis atópica?

Los síntomas que tiene una persona con piel atópica son fáciles de ver. Normalmente se tiene la piel seca, rugosa y enrojecida. Además, se siente picor.

Lo más habitual es que las erupciones aparezcan en zonas de flexión como la parte de los codos y de las rodillas, y en zonas como el cuello, las manos y los pies. Si te das cuenta de que sufres estos síntomas, puede que tengas dermatitis atópica. El médico deberá diagnosticarlo y proporcionarte un tratamiento a seguir para aliviarlos.

¿A quién suele afectar más?

Las personas afectadas por la dermatitis atópica suelen tener un antecedente genético alérgico llamado atópico. Además de en la piel, el gen atópico también puede manifestarse a nivel respiratorio, con la aparición de enfermedades como el asma; a nivel ocular, con la aparición de conjuntivitis alérgica; o a nivel digestivo, con la intolerancia a algunos alimentos. Suelen aparecer en edades tempranas: los bebés y los niños son generalmente los que más sufren dermatitis atópica, aunque los síntomas pueden mantenerse hasta edades adultas.

¿Varía según la edad?

Los bebés son los que presentan frecuentemente las lesiones más graves de dermatitis atópica. El aspecto suele parecer más grave que en los adultos porque, como se sienten picores, los bebés se rascan inconscientemente y se pueden infectar o empeorar los brotes. Muchas veces, desaparecen o se presentan con menor intensidad, a medida que van acercándose a la etapa infantil. A partir de los dos años de edad, los brotes aparecen normalmente en los pliegues de la piel porque, en estas zonas, el aire y la luz no pueden secar las lesiones. En edades adultas, aparecen como placas de piel dura y gruesa.

¿Se puede prevenir esta enfermedad?

Se trata de una enfermedad crónica, producida básicamente por factores genéticos, para la cual todavía no existe una cura definitiva. Puede que los brotes desaparezcan y vuelvan a aparecer en un tiempo. Por eso, si sufres dermatitis atópica, tienes que cuidar siempre de tu piel, incluso cuando no tengas ningún brote. Así lograrás controlarla y combatir los factores que hacen que se agrave esta dolencia de la piel.

A continuación te damos algunos consejos para conseguirlo:

Hidratar la piel de todo el cuerpo

Si sufres picores, la clave para aliviarlos es aplicar la crema hidratante en el cuerpo en frío, al menos, una vez al día.

La ropa de algodón calma el picor de la piel

Es recomendable utilizar ropa que sea de algodón. La ropa sintética fomenta la aparición de lesiones cutáneas.

Jabones con pH neutro

Debes elegir jabones con pH neutro porque cuidan las pieles sensibles. Utiliza perfumes y cremas sin alcohol ni parabenos. También es aconsejable usar maquillaje hipoalergénico porque no contiene productos químicos, que irritan la piel.

Vigilar con los cambios de temperatura

Evitar los cambios bruscos de temperatura. Hay que tener en cuenta que las pieles atópicas toleran muy mal las temperaturas excesivamente elevadas y que el frío también es perjudicial.

El agua templada va mejor para la piel

El agua de la ducha no debe ser ni fría ni caliente. Además, es mejor evitar las duchas largas y los baños porque se irrita la piel más fácilmente y pueden aparecer más lesiones cutáneas. Al salir de la ducha, sécate suavemente, sin frotar demasiado la piel con la toalla.

Otros factores que debes controlar

  • El estrés también influye en la piel
  • Los enfados frecuentes, las situaciones estresantes, de frustración y nerviosismo son factores que también influyen en la aparición de brotes de dermatitis atópica. Aprender a gestionar los nervios y el estrés mediante técnicas de relajación es una clave para mejorar tu calidad de vida.

  • Mantén una dieta equilibrada
  • No hay estudios médicos que indiquen que existan alimentos que provoquen que la dermatitis atópica empeore. Lo recomendable es llevar una dieta sana y equilibrada, y evitar bebidas como el café y el alcohol porque pueden aumentar el picor en la piel.