La hidratación corporal

La hidratación es un elemento a tener en cuenta para ayudar a proteger nuestra piel. Existen muchos factores cotidianos que influyen en el envejecimiento y en el deterioro de la piel. Algunos de ellos son el clima, el sol, la contaminación, el maquillaje o la alimentación. Por eso, es importante la hidratación para que la piel no pierda su elasticidad, suavidad y firmeza. Esta hidratación puede conseguirse gracias al uso habitual de crema hidratante.

Beneficios de usar crema hidratante

La crema hidratante tiene varias funciones. Entre las principales funciones se encuentran la reparación, la protección y la suavización de la piel. Cuando se usa crema hidratante, se hace con el objetivo de restablecer el equilibrio de la piel. Sin embargo, no todas las cremas hidratantes tienen los mismos efectos. Su efectividad dependerá de los productos que contengan y los porcentajes de estos.

Al untar cualquier parte del cuerpo con crema hidratante, lo que sucede es que las moléculas hidratadoras se empiezan a filtrar hacia la dermis, que es la zona más profunda de la piel. Así, la crema consigue hidratar las células y tejidos interiores. Los tejidos que forman parte de la piel se pueden nutrir y abastecer de agua rica en elementos esenciales.

Con hidratarnos a base de beber agua no es suficiente, aunque tanto nuestro organismo como nuestra piel la necesitan. La piel también debe estar hidratada por fuera. Esto se debe a que las cremas hidratantes corporales contienen otras sustancias beneficiosas que el agua no contiene.

Componentes básicos de las cremas

  • Antioxidantes

Los antioxidantes sirven para neutralizar el daño que provocan los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables porque son electrones que reaccionan para encontrar otro electrón, ya que lo necesitan para su estabilidad. Entonces, los radicales libres se forman en muchos procesos que tienen lugar en el organismo además de por factores ambientales. Estos tienen un papel negativo porque causan el envejecimiento de la piel. Pero la buena noticia es que pueden combatirse con antioxidantes, que al ser un componente de la crema hidratante, son absorbidos por la piel.

  • Ácido hialurónico

El ácido hialurónico es de gran ayuda para luchar contra la pérdida de volumen y las arrugas producidas por el envejecimiento. Como conserva las moléculas de agua, contribuye a eliminar las arrugas eficazmente porque su efecto reparador e hidratador.

  • Péptidos

El colágeno es la molécula proteica más abundante en la piel y los huesos. Cubre un 25% de la masa total de proteínas de las personas. A partir de cierta edad, sobre los 30 años, empiezan a disminuir los niveles de colágeno en el organismo. A partir de entonces, la piel pierde firmeza y suavidad. Por ello, en algunas cremas hidratantes y cosméticos se encuentran los péptidos, que sirven para combatir esa pérdida y aumentar el nivel de colágeno.

  • Retinol

El retinol es un derivado de la vitamina A. Se encuentra en las cremas hidratantes en cantidades muy pequeñas porque es un componente muy fuerte que puede provocar demasiada descamación y enrojecimiento en la piel si se usa en exceso. Sus funciones son varias: facilita la renovación de las células dérmicas, unifica el tono de la piel y la suaviza.

  • SPF

SPF son las siglas en inglés de Sun Protection Factor y significa factor de protección solar. Usar cada mañana una crema hidratante con un factor de protección de 30 o superior, sobre todo para la cara, que está constantemente expuesta al sol, retrasa los signos del envejecimiento de la piel y también reduce las posibilidades de desarrollar cáncer de piel.

  • AHA

Los AHA (ácidos alfa hidróxidos) desempeñan una función exfoliante: evitan que se acumulen células muertas en la piel. Tanto los factores ambientales como el estrés provocan, con el tiempo, que disminuya el ritmo del rejuvenecimiento de la piel.

Crema hidratante según el tipo de piel

Existen casi tantos tipos de cremas como tipos de pieles. Por eso, cuando tenemos que elegir una crema hidratante, hemos de tener en cuenta una serie de elementos: el tipo de piel, la edad, los principios activos que contiene, que esté testada dermatológicamente…

Una pregunta que se hacen muchas personas es qué crema les conviene más, ya que no todas las pieles son iguales. Siempre aconsejamos que este asunto se trate y se consulte con expertos en dermatología y cosmética, pero a continuación explicamos las claves de cada tipo de piel.

  • Piel seca

Se trata de un tipo de piel de color muy blanquecino, que se irrita y agrieta fácilmente. Para esta piel, es aconsejable usar alguna crema que la humedezca e hidrate en profundidad.

  • Piel grasa

Se trata de una piel complicada de tratar. Da la sensación de estar “sucia” porque suele tener brillo grasiento y pueden aparecer puntos negros u otras impurezas. En estos casos, es recomendable utilizar cremas hidratantes suaves, que no sean comedogénicas, es decir, que no obstruyan los poros de la piel.

  • Piel mixta

La piel mixta puede combinar dos o tres tipos de piel por zonas, sobre todo en el rostro. Si la zona T de la cara es grasa y el resto es seca, hay que utilizar una crema hidratante que contenga ciertos componentes, como el ácido hialurónico.

  • Piel normal

De apariencia suave y sin grasa, su tono suele ser rosado y de color uniforme. Se trata de un tipo de piel equilibrada, sana y con elasticidad, aunque puede resecarse debido al envejecimiento. Con una exfoliación suave semanal se eliminarán las impurezas y células de piel muerta. Además, aplicar una crema hidratante suave, sin perfumes ni colorantes es beneficioso.