La limpieza facial según las propiedades de cada piel

La limpieza facial es uno de los pasos imprescindibles en cualquier rutina de belleza, no obstante, cada mujer debe adaptarla a las características específicas de su tipo de piel.

Si la piel es grasa y contiene puntos negros, se recomienda hacer una limpieza facial profesional cada mes y medio hasta disminuirlos o eliminarlos. Pero por otro lado, si la piel no tiene muchas imperfecciones, con una vez cada dos o tres meses será suficiente. Por este motivo, la regularidad y los pasos de esta rutina dependerán de las peculiaridades de cada tipo de cutis.

Durante la adolescencia, es recomendable que antes de aplicar un tratamiento de limpieza facial se acuda a un especialista. Al contrario de la opinión general, este tipo de higiene podría empeorar el acné juvenil si no se estudian antes las características de la piel y sus necesidades.

A parte de las características de cada tipo de cutis, existen factores externos que pueden perjudicar o agravar algunos problemas de nuestra piel. A continuación los analizamos brevemente:

El sol

El sol es uno de los mayores enemigos de la piel debido a los rayos ultravioletas que desprende. Si nos exponemos en exceso y sin protección podemos sufrir daños de mayor y menor gravedad. Las quemaduras son la consecuencia más a corto plazo que podemos padecer, pero con los años, los efectos de los rayos solares suelen producir arrugas y manchas en la piel. El efecto más grave causado por el sol es el cáncer de piel. Por este motivo, los expertos recomiendan protegerse del sol en todo momento.

La mala alimentación

La mala alimentación también afecta negativamente a nuestro cutis. La ingesta en exceso de grasas saturadas, alcohol y café disminuye el nivel de colágeno de la piel. Además, es importante hidratarla mediante nuestra alimentación, añadiendo frutas en nuestra dieta diaria y bebiendo mucha agua.

La contaminación

Nuestra piel se ensucia y envejece más rápido debido a la contaminación y suciedad ambiental. Pero además, estas impurezas, residuos y toxinas que se acumulan en la dermis pueden ocasionar irritaciones cutáneas y ralentizar la renovación de células.

Productos cosméticos

El maquillaje es otro factor que perjudica nuestra piel. Es necesario lavar muy bien el rostro después de utilizar productos cosméticos ya que pueden permanecer restos que produzcan infecciones, tanto en el cutis como en los ojos. Una de los efectos de no desmaquillarse correctamente es la aparición de acné.

Emociones

Pero además, el estrés, la falta de sueño y el estado de ánimo también influyen en la acumulación de impurezas y en la disminución de la vitalidad y la luminosidad de nuestra piel.

Pasos de la limpieza facial

Limpieza

Esta rutina de belleza empieza con una primera limpieza para eliminar la suciedad más superficial provocada por los restos de maquillaje y de polución. Podemos hacerlo en casa lavándonos la cara con agua fresca y jabón o con un gel específico. Debemos tener en cuenta que el producto que utilicemos no sea demasiado fuerte para que no elimine las células sanas de la piel o irrite el cutis.

Vaporización

Una vez terminado el primer paso, aplicaremos vapor al rostro para abrir los poros y poder limpiarlos posteriormente. Si lo hacemos en casa, podemos hervir agua y colocarla frente al rostro a una distancia prudente para evitar quemaduras. Este paso no es fundamental pero facilitará la extracción de puntos negros e impurezas.

Exfoliación

El paso de la exfoliación consiste en retirar las imperfecciones de la piel mediante un gel exfoliante granulado. No debemos abusar de este producto ni frotar demasiado porqué puede producir un efecto contrario e irritarla. Si tienes la piel muy sensible, es recomendable utilizar un exfoliante enzimático.

Una vez tengamos los poros abiertos debemos retirar los puntos negros que se han resistido a la exfoliación con las yemas de los dedos y no con las uñas. Es mejor hacerlo con suavidad y sin aplicar demasiada presión, para no irritar o empeorar la zona.

Mascarilla

Después de retirar las imperfecciones, usaremos una mascarilla hidratante o regenerativa con propiedades acordes a nuestro tipo de piel. En el momento de retirarla, aprovecharemos para aplicar agua fría al rostro y masajearlo suavemente con movimientos circulares.

Hidratación

El último paso de la limpieza facial es la hidratación mediante una crema o loción hidratante. Para mejorar su absorción, se debe aplicar justamente después de la mascarilla.

Errores a evitar durante la limpieza facial

  • Durante los distintos pasos de la limpieza facial debemos evitar aplicar productos que contengan ingredientes sintéticos como parabenos, ya que podrían causar irritaciones o reacciones alérgicas. Nuestra recomendación es optar por productos naturales que no perjudiquen ni afecten negativamente a la piel.
  • Por otra parte, en el momento de secar nuestro rostro debemos utilizar una toalla limpia que no hayamos utilizado anteriormente, sin frotar o apretar demasiado para no agredir nuestra piel.
  • No deberíamos utilizar agua ni muy fría ni muy caliente, el agua tibia es la mejor opción durante toda el proceso.
  • Debemos evitar aplicar productos que no tengan las características idóneas para nuestro cutis.
  • Otro de los errores más comunes es lavarnos el rostro demasiadas veces con agua. Dos lavados al día son suficientes para mantener la piel limpia y no modificar el pH neutro ni resecarla.

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