Alimentarse bien es fundamental para llevar una vida sana y plena. Por este motivo, debemos prestar una especial atención a la alimentación de los más pequeños, tanto en la infancia como en la adolescencia. La nutrición pediátrica así lo demuestra.

¿Sabías que la alimentación debe ir acorde con la edad de los niños y niñas para favorecer su desarrollo físico y mental? ¡Sigue leyendo nuestro post! Hoy te contamos los beneficios de adaptar la alimentación a su edad y qué alimentos son los más adecuados. Además, repasaremos las necesidades nutricionales de las diferentes etapas infantiles para que conozcas qué nutrientes son más convenientes en cada momento.

Pero antes de continuar, queremos ofrecerte la posibilidad de ampliar tus conocimientos con nuestro Curso Nutrición. Ahora sí, ¡comencemos!

Guía básica para una nutrición pediátrica correcta

Veamos cómo influye la alimentación en las primeras etapas de la vida. Empezaremos por la infancia y acabaremos con la adolescencia, mencionando algunos pequeños consejos que os servirán de guía para vuestro día a día.

¿Cómo debe alimentarse un niño de 2 a 5 años?

“Mi hijo acaba de cumplir los dos años. ¿Qué puedo darle de comer?” Para la mayoría de padres y madres primerizos la alimentación de un hijo se puede convertir en un verdadero reto. No solo porque cueste más darles de comer, sino también porque al cumplir los dos años la alimentación cambia por completo, igual que ellos. Ahora son más mayores y han dejado de ser un bebé. Se mueven más y empieza la escolarización. Así que suelen saltar las dudas: ¿cómo alimentarles para cubrir estas nuevas necesidades nutricionales que se presentan?

Aunque parezca obvio, debemos insistir en el hecho de que la alimentación, a estas edades, es muy importante. Por eso debemos procurarles una alimentación sana y equilibrada. Pero la realidad es que durante los últimos años se ha disparado el consumo de azúcares y grasas entre los más pequeños.

Algunos consejos…

Por eso, expertos en nutrición pediátrica han alertado que cada vez se dan más casos de malnutrición en infantes y adolescentes. De hecho, la Organización Mundial de Salud afirma que “la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI”. Por este motivo es importante tener presentes algunos consejos, como los que apunta la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria:

  • Los lácteos siguen siendo muy importantes para su desarrollo físico, pues son su principal fuente de calcio. Es recomendable que tomen unos 500 ml al día entre leche y derivados.
  • Limitar al máximo la ingesta de grasas, como la mantequilla, margarinas o los quesos grasos. También debemos procurar que la carne que consuman no sea muy grasa, por eso los embutidos es otro producto a evitar.
  • En cuanto al pescado, procurar que sean blancos en vez de azules, ya que tienen menos grasa.
  • Las legumbres son muy recomendables. Es importante que las tomen dos o tres veces por semana.
  • Los cereales también son muy esenciales en su dieta diaria. Lo ideal es que los coman cada día ya que les aporta la energía que necesitan.
  • Por último, para que reciban las vitaminas que les corresponden, debemos intentar que coman fruta todos los días, dos o tres piezas si puede ser.

Un apunte importante. Para repartir las calorías se recomienda que se hagan 5 comidas al día, repartidas en desayuno y almuerzo (25%), comida (30%), merienda (15-20%) y cena (25-30%).

A los 6 años enséñale unos buenos hábitos alimenticios

Parece mentira, pero los hábitos que les enseñes en la niñez marcarán su conducta alimentaria de adulto. Es más, determinarán la prevención de múltiples enfermedades en un futuro.

Por eso es tan importante que aprendan unos hábitos saludables, en los que se respete el momento de cada comida. Veamos algunas ideas para que su alimentación sea de lo más completa y equilibrada.

Empieza por el desayuno

Los especialistas en nutrición afirman que el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Al estar toda la noche sin comer, los niños deben cargar las pilas con un desayuno completo para tener energía suficiente con la que afrontar todo el día.

El desayuno perfecto es el que se compone de productos lácteos, que aportan el calcio que necesitan sus huesos, pan o cereales, que proporcionan energía, fruta, para que obtengan vitaminas, proteínas, fibra y los minerales necesarios. Además, también se recomienda una pequeña porción de grasa, como aceite de oliva o mantequilla, para adquirir vitamina A y más energía.

Pero si por algún motivo no han podido desayunar, es importante que hagan un buen almuerzo a media mañana. Pueden tomar, por ejemplo, fruta, yogur o un bocadillo no muy grande.

La comida, el plato más fuerte del día

El plato del medio día debe aportarles el 35% de la energía que necesitan. Para ello, los pediatras y nutricionistas infantiles aconsejan hacer un primero, un segundo y postre.

Recomiendan incluir en el menú diario arroz, legumbres, patatas, verduras, pasta o ensalada como primer plato. Como segundo, algo de carne, pescado o huevo, siempre de forma moderada. Aun así, aconsejan priorizar el pescado antes que la carne, y acompañar los platos con alguna guarnición a base de verduras. Por último, el postre. Lo ideal es ir alternando fruta y yogures, pero dándole menos importancia a los lácteos.

Merendar pero sin pasarse

Una pequeña merienda no viene mal para afrontar las últimas horas del día. Pero no se trata de una comida copiosa, al contrario. Una pieza de fruta o un pequeño bocadillo será suficiente. Eso sí, nada de acompañar el pan con embutidos grasos, quesos curados o paté. Ni tampoco apostar por bollería o productos con grasas saturadas tan típicos de la merienda. En definitiva, apostar por un tentempié ligero, no se trata de perder el apetito para la hora de cenar.

Acabamos el día con una cena ligera

Algo de verduras, alguna crema o una sopa hecha en casa será lo que necesitan nuestros peques para acabar el día. Es muy recomendable que se cene pronto, así no se van a dormir con el estómago lleno y no alteramos su rutina de sueño.