¿Sabes qué es realmente el botox?

La toxina botulínica, que suele conocerse como botox por ser la marca de la primera medicina de este tipo, es la toxina que provoca el botulismo. No obstante, se utiliza como remedio a diversas dolencias y también en muchos tratamientos estéticos. La toxina botulínica tiene una gran capacidad de causar parálisis muscular. Como se usa en gran parte en medicina estética, sobre todo en la zona del rostro, la mayoría de la gente conoce el botox por su aplicación en este tipo de tratamientos.

Botox facial

Esta técnica consiste en la infiltración de la toxina botulínica en los músculos o zonas localizadas a tratar. Si se infiltra la cantidad adecuada, los músculos se relajan y se bloquea el movimiento. La aplicación de una cantidad incorrecta de esta sustancia puede provocar efectos contradictorios. Por eso, es de especial importancia ponerse en manos de expertos.

El tratamiento con esta sustancia en el rostro es muy beneficioso y tiene muchas ventajas.

  • La ventaja más preciada es que se consiguen claros resultados en cuanto a la eliminación de arrugas faciales sin tener que recurrir a la cirugía.
  • Los tratamientos pueden aplicarse en cualquier época del año y pueden repetirse varias veces.
  • Se trata de un método prácticamente indoloro.
  • Los efectos se notan inmediatamente y duran meses.
  • Si se aplica correctamente, no suele aparecer efectos secundarios graves.

Otras aplicaciones médicas

Además de la función del botox en el ámbito de la estética, entre otras aplicaciones médicas destacan:

  • Hiperhidrosis:

En personas con una sudoración excesiva en axilas, manos o pies, se consigue disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas.

  • Migraña crónica:

Como tratamiento preventivo y eficaz se pueden reducir a la mitad las migrañas y cefaleas con la inyección de botox en puntos clave de la cabeza y el cuello.

  • Distonías y espasmos:

Aunque no existe una cura definitiva para las distonías y trastornos del movimiento, inyectar botox es efectivo. Como el botox paraliza los músculos, sirve para solucionar las contracciones involuntarias de estos.

  • Estrabismo:

Se utiliza la toxina botulínica principalmente en casos de estrabismo infantil y especialmente horizontal. Se disminuye la desviación de los ojos y se evita muchas veces la cirugía.

  • Blefaroespasmo:

La contracción involuntaria de los músculos de los párpados y de los músculos de alrededor de los ojos puede tratarse con botox. Así se reprimen los impulsos nerviosos y se relajan los músculos, controlando la contracción.

¿Cuándo es recomendable empezar tratamientos estéticos?

El uso de botox se ha convertido en una de las opciones más conocidas para disminuir y mejorar los signos del envejecimiento en la piel. Según médicos y expertos en este tipo de tratamientos, en el ámbito de la estética, la toxina botulínica es más efectiva cuando se empiezan tratamientos antes de que las arrugas estén demasiado marcadas o la piel esté muy estropeada.

Es aconsejable empezar antes de la madurez, alrededor de los 30 años, y volver a aplicar el tratamiento después. Empezar a utilizar esta técnica antes de que se hayan desarrollado arrugas muy marcadas facilita la prevención y la futura formación de estas. Además, en zonas como el rostro se aplican pequeñas cantidades de la sustancia porque los músculos son más delicados. Por tanto, pueden repetirse los tratamientos y aplicarse pequeñas dosis en varias veces.

Las zonas ideales para los tratamientos

Como hemos comentado, la función principal de esta sustancia es paralizar la contracción de los músculos. Eso significa que es ideal para tratar arrugas que son dinámicas, es decir, provocadas por las líneas de expresión del rostro. Su aplicación es muy beneficiosa en la frente, alrededor de los ojos o el entrecejo.

La cara es una de las partes del cuerpo más importantes ya que está siempre visible. Por eso, recomendamos acudir solo a profesionales médicos o que tengan la formación necesaria específica para aplicar estos tratamientos, como este curso. Es importante ponerse en manos de centros especializados en tratamientos faciales y corporales, donde se haga un diagnóstico previo del paciente y se cuide de su salud antes, durante y después de los tratamientos.

Efectos secundarios del botox

Al igual que otros medicamentos, la toxina botulínica puede producir efectos secundarios diversos, según las partes del cuerpo en las que se aplique. Lo más común es sufrir una reacción alérgica, que suele aparecer durante los días siguientes a la aplicación del tratamiento con esta sustancia. Teniendo en cuenta las zonas corporales de la aplicación del botox, algunos efectos adversos pueden ser los siguientes:

En la cara

Nuestra cara es una de las zonas más delicadas en cuanto a la aplicación de botox. Aplicarlo de forma incorrecta puede tener efectos devastadores en nuestro rostro y en las expresiones que realizamos habitualmente. Aquí hay que prestar especial atención porque un pinchazo en el lugar equivocado puede ocasionar el bloqueo excesivo de un músculo o que se impida cerrar los ojos.

En el cuello y los hombros

En estas zonas, suele aplicarse el botox para tratar la grasa localizada (comúnmente llamada papada). Los efectos secundarios más habituales son debilidad muscular del cuello y dificultad para tragar. En ocasiones, pueden producirse dolor de garganta, dolor de cabeza o fiebre.

En las axilas

Se realizan tratamientos con botox para disminuir los efectos que se producen debido a la hiperhidrosis (sudoración excesiva). Es un método muy efectivo, siempre que no sea causada por otras enfermedades. Pero este tratamiento puede producir, a su vez, efectos secundarios y malestar. Además del dolor local, puede aparecer dolor de cabeza, picor, inflamación, mal olor, e incluso dolor en las manos.